Existen aristócratas como Sofía Palazuelo que prescinden de coronas en el día de su boda y royals como Eugenia de York que descubren al mundo la belleza de tesoros familiares como Kokoshnik, la centenaria tiara de esmeraldas y diamantes que lució en su reciente enlace con Jack Brooksbank. Sin embargo, estas piezas, a menudo inalcanzables, asociadas a las monarquías y a la alta sociedad, se extienden al gran público gracias a propuestas como las de Vera Wang. La estadounidense jugaba en casa cuando presentó su nueva colección para el próximo otoño-invierno dentro del marco de la New York Bridal Fashion Week, unas propuestas de estética versallesca que reivindican a las novias con velos, tiaras y coronas.
Esta colección nupcial está inspirada en Luis XIV, conocido como Rey Sol y considerado por la propia diseñadora como 'la primera estrella del rock en la moda', tal y como afirma a través de sus redes sociales. Y es que este rey de Francia, uno de los más trascendentes de la historia, no solo seguía las tendencias sino que hacía cumplir un estricto protocolo de vestimenta. Su enorme influencia impuso algunas de sus costumbres como llevar enormes pelucas de pelo natural, mangas adornadas de ricos encajes venecianos y, como no, sus famosos zapatos de tacón alto. Zapatos exquisitos y únicos elaborados siempre por su zapatero personal, el francés Nicholas Lestage.
Wang traslada esta estética de grandeza y la opulencia a 15 diseños etéreos elaborados con corpiños isabelinos, tules plisados, transparencias o encajes dorados de Chantilly, todo coronado por poderosas tiaras, desde las más clásicas a las más contemporáneas. En la vida real, también hay mujeres atrevidas dispuestas a arriesgar en el día de su boda, añadiendo a su look nupcial imponentes joyas en forma de corona como la que llevó Alejandra, una novia que se casó con un diseño de From Lista With Love.
Sin embargo, este tipo de coronas parecen quedar relegadas a un segundo plano, asociándose, a menudo, con la estética 'princesa'. Nada más lejos de la realidad. Estamos viviendo en primera persona la proliferación de firmas como Verbena Madrid, M de Paulet, Suma Cruz, Rita Von o Mimoki, dirigidas a mujeres que apuestan por tocados y tiaras que se alejan de los clásicos, no solo para sus looks de invitada sino para dar el 'sí quiero' en el día de su boda.
Esta novia demuestra el poder de una tiara actualizándola gracias al color turquesa. ¿El resultado? Un tinte rockero y desenfadado que fue el complemento ideal para su vestido de guipur de estilo años 70. Lo completó con un velo corto, acorde a la esencia de su look, y una melena suelta que restaba rigidez a la, de por sí, original corona.