Cada vez son más los diseñadores que se emplean a fondo en moldear vestidos de novia perfectos para la temporada invernal, como pudimos comprobar hace unos días en la New York Bridal Fashion Week, donde se presentaron las colecciones Fall 2019. Y es que existen soluciones ideales que se saltan los cánones nupciales más clásicos para adaptarse a las mujeres que quieren casarse en época de bajas temperaturas. Los jerséis y las chaquetas especiales son un claro ejemplo, ya que no solo abrigan, sino que dan un toque diferente cualquier look nupcial. Dentro de las nuevas propuestas, hemos detectado una apuesta firme por las mangas extra-largas, algo que se puso de tendencia en las pasarelas de moda en el año 2016. Sin embargo, ahora llegan al terreno bridal de forma más delicada y con cierta esencia retro que recuerdan a esos mitones tan característicos e inherentes al imaginario de Karl Largerfeld para Chanel.
Aparecen como una extensión de la propia manga que cubre más allá de las muñecas para deslizarse a la altura de los nudillos. Se interpretan a base de tejidos ricos y elaborados que se funden con la piel o con detalles bordados en relieve. Juana Rique, por ejemplo, nos transporta a los años 20 con su nueva colección, Carmela, reviviendo patrones vintage con vestidos de largo midi y líneas rectas capaces de revivir la estética de las flappers. Muchos de sus diseños hacen uso de unas mangas más largas de lo normal, en chaquetas y en mangas de gasa salpicadas de encaje y lazos negros.
En el ámbito internacional, Galia Lahav presenta en varias de sus colecciones unos delicados vestidos, muchos con efecto naked, que se extienden a unas mangas extra-largas rematadas con bordados. Además, también utiliza sus característicos 'manguitos', esos que siempre suele acompañar con escotes palabra de honor, algo más largos de lo normal. Estos diseños aparecen como los perfectos acompañantes de las mangas globo o los sustitutos ideales de las clásicas mangas cortas o francesas.
De la pasarela a la realidad, tenemos el ejemplo de Claudia, una novia moldeada por Helena Mareque que eligió un vestido cargado de personalidad, con una bonita mezcla de texturas con la que consiguió marcar la diferencia.
Esta diseñadora es especialista en captar la personlidad de cada novia y plasmar su esencia en un vestido. Esta vez, hizo lo propio con Claudia, que se casó hace unos meses y celebró su boda en la Finca El Campillo. Para este día especial, diseñó un vestido camisero con unas originales mangas de rejilla y madroños que nacen a la altura de los codos y se extienden hasta los nudillos, consiguiendo una efectiva mezcla que completó con exquisito velo en la misma textura.