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Hasta hace poco, la parisinas eran consideradas las europeas con más estilo, seguidas por las siempre llamativas mujeres italianas. Sin embargo, las nórdicas irrumpieron en el street style, introduciendo un nuevo concepto en la moda y ganando terreno en la industria por méritos propios. La mezclas impensables y la originalidad son sus señas de identidad, algo que también trasladan al terreno bridal cuando deciden dar un paso hacia el altar. como hizo Caroline Brasch con su abrigo de leopardo. Otro claro ejemplo lo encontramos en Alexandra Carl, una editora de moda que marcó las pautas de la perfecta boda nórdica con un diseño de Self Portrait, tan romántico como poco convencional.
Alexandra fue modelo y ahora trabaja como directora de moda de la revista RIKA Magazine. Su marido, Jacob Johan Harmer, es fotógrafo y colaborador de la revista VICE. Juntos, formaron un tándem de estilo que hizo arder las redes bajo el hashtag #jalex2018 en una ceremonia de estilo nórdico que se celebró en una pequeña iglesia de Copenhague y a la que asistieron pesos pesados del street style como Pernille Teisbaek o Amanda Norgaard. Para el gran día, la editora confió en la mano experta del modisto y gran amigo, Han Chong, director creativo de Self Portrait, que ideó para ella un vestido de seda bordado a mano con perlas, con pronunciado escote en 'v', la espalda al aire y cierta estética 'Carolyn Bessette' que guardaba un as bajo la manga.
Y es que creó una capelina drapeada que cubría sus hombros y de la que nacía una larga cola. Así, consiguió llevar este vestido, a priori tan sensual, a su vertiente más romántica e hizo que el velo, en esta ocasión, no fuera necesario. Tan solo necesitó completar el conjunto con unos salones con pulsera de Céline y unos pendientes morados con charm en contraste que se dejaban intuir bajo un recogido bajo en trenza, obra de la estilista danesa Mette Thorsgaard.
Si la fiesta posterior tuvo lugar en un pequeño jardín con encanto, con tarta de frambuesa y champán, la preboda se organizó al más puro estilo nórdico a bordo de un pequeño barco en los canales de Copenhague. Para la ocasión, la novia eligió un traje de chaqueta blanco de la firma Racil y un minibolso de raso con boquilla dorada.
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