Blanca, la novia campera del sombrero y el pañuelo de seda

Al más puro estilo gaucho, la 'wedding planner' de Bambarela, demostró en su boda que los accesorios inusuales también pueden encajar en un look nupcial

Por María Calvo

Aún tenemos grabada en la retina las imágenes de la boda de la influencer Sofía Sánchez de Betak hace unos años. Una celebración en una hacienda típica de la Patagonia, con un dress code de irresistible acento gaucho que marcó un antes y un después en el mundo bridal. Blanca, la wedding planner que, junto a su compañera Almudena, forma el tándem de la agencia Bambarela, cambió por unos días los preparativos de bodas ajenas por la suya propia, imprimiendo cierta estética campestre a su vestido de novia, gracias a uno de esas geniales creaciones de Roberto Diz que se empeñan en no dejar indiferente a nadie. Notas tan especiales como un sombrero Panamá, un cinturón de cuero y un pañuelo de seda estampado sobre la cabeza, consiguieron moldear un look tan diferente como especial que abre un nuevo camino en el territorio nupcial.

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Aunque no sería de extrañar imaginarla en una finca andaluza o en la mismísima pampa argentina, la celebración tuvo lugar en la extremeña Dehesa de las Rozas. Las bodas camperas y rústicas fueron tendencia hace años y su estilo se refresca cada temporada con nuevos detalles. Sin embargo, pocas son las novias que se mimetizan hasta tal punto con el leitmotiv de la celebración. Blanca, en su caso, llevó un diseño de encaje con cuerpo de cuello a caja, manga corta y unos botones dispares del siglo XVII que dejaban intuir la esencia del diseñador. La falda, también de encaje, tiene bolsillos laterales y una enagua de tul para dar movimiento y volumen sin resultar pesada. Las trabillas introducen un nuevo concepto en los vestidos de novia al permitir la incorporación del cinturón, en su caso, de piel grabada y con vuelta.

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Reyes Hellín, la conocida maestra sombrerera afincada en Sevilla, ha creado este sombrero de ala ancha en color marfil, un accesorio que ha encontrado en una de esas joyas de Hermès su mejor aliado. Se trata de un pañuelo XL de seda con el clásico y reconocible estampado ecuestre de la maison francesa que se ha puesto sobre la cabeza, anudado en un lateral. Aparte de los bolsos o los novedosos tocados que están actualmente en el mercado, este complemento tan inusual en los vestidos de novia se puede adaptar perfectamente al conjunto y al estilo de cada mujer.

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Según explicó la propia Blanca en el instagram de su agencia, ese 'algo prestado' que tienen que llevar por tradición todas las novias es una joya familiar que le dejó su hermana. Se trata de unos pendientes largos y dorados que pertenecieron a su abuela María Victoria y que, junto con una pequeña pulsera y unas sencillas sandalias de tiras en color negro, pusieron la guinda a un look nupcial 10.