5 vestidos para 3 días de fiesta: los detalles del look nupcial de María José Suárez

La modelo, que ha dado el 'sí, quiero' este fin de semana a Jordi Nieto en Santorini, ha creado los diseños ella misma

Por hola.com

Tres días de celebraciones en un lugar único, Santorini. La popular isla griega se ha convertido en el enclave elegido por María José Suárez y Jordi Nieto para su enlace, una "gran boda griega" a la que han asistido Eva González -que dedicó un emotivo discurso a su amiga-, Cristina Rodrigo o Arancha Pérez Ponce. La ceremonia, tal y como adelantó la diseñadora a ¡HOLA! fue en "una villa que está en un acantilado, con unas vistas impresionantes. La noche anterior haremos una fiesta con la puesta de sol, en otra villa que está en otro punto de la isla... Al día siguiente de la boda, sí que hacemos un almuerzo más desenfadado en la playa, en un beach club". Más de 72 horas sin descanso en las que la novia lució hasta cinco vestidos que ella misma había diseñado junto a su equipo, tal y como se puede ver en el reportaje exclusivo de ¡HOLA! de esta semana.

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Elegir un look para la fiesta pre-boda parece haberse convertido en una tradición más para la mayoría de novias. Debe ser un diseño elegante, favorecedor y, a poder ser, blanco. Aunque no debe desvelar los detalles del vestido elegido para la ceremonia, si puede dejar entrever algunas pistas, como si llevará o no mangas, si el escote se situará en la espalda… Y, sobre todo, debe ser acorde al lugar en el que se celebre el evento. La villa privada The Diamond Rock, situada en un acantilado y con unas increíbles vistas, fue la localización de la fiesta de bienvenida. Allí María José sorprendió con el primero de los vestidos, un diseño minimalista y de líneas depuradas, en doble crepé y entretelado. Un look al que aportó un toque más actual al elegir la tendencia off shoulders. La modelo lo combinó con unos llamativos pendientes de perlas australianas diseñados, también por ella misma, para la colección cápsula que ha lanzado con la firma Navas Joyeros. Fue a la caída del sol, durante el cóctel, cuando María José deslumbró con su segunda opción, un vestido de aire bohemio y manga larga -confeccionado como el anterior en su taller-, realizado en encaje de algodón, un tejido que se asemeja mucho al guipur, y con el que se mimetizó con la estética de la isla.

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Pero quizá, uno de los diseños más esperados fue aquel con el que María José sorprendió al día siguiente, pocos minutos antes de dar el "sí, quiero" a su ya marido Jordi Nieto. Para la ceremonia, que ofició Carmen Suárez, una de sus hermanas, la diseñadora optó por un vestido sencillo y romántico. Un diseño que, gracias a sus tirantes y a las lazadas de tul que colgaban desde los hombros, se escapa de los modelos más tradicionales con los que suelen vestir las novias. Además, el cuerpo salpicado por encaje y tul bordado, realzaba su silueta. Aun así, tal y como se puede leer en el reportaje exclusivo de ¡HOLA! de esta semana, quiso cumplir con aquello de llevar algo azul –un lacito que le había regalado Lucía Hoyos-, algo prestado -una liga de su prima, que no pudo asistir al enlace-, algo antiguo -una sombrilla que no pudo utilizar por el intenso viento- y algo nuevo -sus fabulosos vestidos-. Para completar el look nupcial eligió unos zapatos de estilo años veinte realizados en Elda a partir de un boceto diseñado por ella misma, y unos pendientes de inspiración vintage que forman parte de la colección que ha diseñado para Navas Joyeros.

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Para la cena, servida por Mario Catering -uno de los más prestigiosos de la isla-, María José decidió cambiar su vestido y elegir uno, si cabe, más romántico que el anterior. En este caso se trataba de un diseño elaborado en tul de color nude y salpicado de infinidad de flores bordadas que recorrían la falda y el cuerpo. En esta ocasión prefirió dar cierto protagonismo a su espalda al dejarla al descubierto. Optó, además, por otros pendientes, de oro blanco y una lágrima de coral también blanca que pertenecían, de nuevo, a la colección cápsula que ha diseñado para la firma de joyería. El quinto y último de los vestidos estaba reservado para la fiesta. Fue después de la tradicional danza griega -en la que se rompen platos para asegurar un matrimonio feliz-, cuando lució su look más sensual. Para bailar con cierta comodidad optó por un modelo de escote halter que se ceñía con cuidado a su silueta. Un vestido, elaborado en crepé granulado y con detalles de encaje en la parte superior, que lució en una de las noches más especiales.