Hace ya tiempo que los vestidos armados y de corte princesa -que también se cuelan en las colecciones más regias- han dejado paso a diseños fluidos, elaborados con tejidos ligeros como las sedas, el crepé o el chantilly. Muchos de ellos se combinan con puntillas y encajes para crear un efecto vintage que bebe, casi siempre, de los años 20. Además, los blancos casi nunca son nucleares ni hielo, sino que prefieren esos matices más cálidos que trasladas directamente la imaginación a otras épocas. Una tendencia, la de los diseños de nupcial de inspiración vintage, a la que cada vez se suman más novias. Tal vez por eso son muchos diseñadores ofrecen opciones para las que prefieran este tipo de vestidos e incluso hay firmas dedicadas exclusivamente a este estilo.
1. Los tonos pastel de Immaclé Barcelona
Un ejemplo es el de Immaclé Barcelona, una firma con algo más de 25 años de historia, que crea para mujeres con personalidad e inspira sus diseños en el mar Mediterráneo. Todo comenzó cuando el hermano de Imma le propuso, cuando aún era una estudiante de moda, que ideara vestidos elegantes para novias. Un reto que la llevó a explorar las sedas, el tul de plumeti y las blondas. Y a encontrar en los colores pastel y empolvados su sello de identidad. El resultado, con la madurez que aportan los años, fueron colecciones con sabor vintage, fuertemente marcadas por la personalidad fuerte de las mujeres contemporáneas.
2. Cortana Reinventa el ‘slipp dress’
Esta temporada las novias de Cortana también encuentran en los años 20, 30 y 40 la mejor inspiración para confeccionar unos vestidos llenos de movimiento y sensualidad. La firma, al contrario que Immaclé, explora también los rasos para adaptar los slipp dress al terreno nupcial, siempre con faldas que, aunque fluidas y sin armar, llenan de vuelo. También hay transparencias que se cuelan casi siempre en las mangas y en los escotes, para dar un toque aún más delicado a los diseños.
3. Bordados y 'paillettes' en Intropia
En su apuesta por captar, en un mismo diseño, el romanticismo de los rincones más idílicos del planeta, la firma española mira hacia los años veinte. Elige siluetas etéreas y cortes sencillos para sus diseños. Además, decora con bordados con un poco de color y paillettes la parte delantera de algunos de sus vestidos. El resultado: una colección vintage pensada para las novias más dulces y románticas.