Casi todas las royals suelen elegir para sus bodas vestidos clásicos, diseños que pese a seguir las tendencias no resulten demasiado llamativos y aguanten bien el paso del tiempo. Por eso los cortes princesa, los encajes y los blancos puros se convierten en los preferidos, aunque siempre hay que concederse alguna licencia. La de la duquesa de Cambridge fue un doble escote. Y es que el diseño, elaborado en un marfil satinado y con escote corazón llevaba superpuesto un cuerpo de encaje francés de manga larga con el suyo en forma de ‘V’.
El vestido, pensado por Sarah Burton, directora creativa de Alexander McQueen, pronto se convirtió en uno de los más imitados. Tal vez por eso, aunque ya hayan pasado casi siete años desde el enlace, una firma ha decidido lanzar la que es una de sus réplicas más asequibles. Tal vez porque el suyo fue uno de esos escotes que favorece a todo tipo de cuerpos. Aunque con notables diferencias frente al original, el vestido de H&M y todos los que han imitado el diseño, conservan el efecto doble del cuello. ¿El motivo? Es uno de los que más favorece, casi sin importar tu tipo de cuerpo.
El escote corazón se puso de moda durante la década de los sesenta, los ochenta lo recuperaron y ahora es uno de los favoritos, aunque en el sector nupcial casi nunca ha pasado de moda. Es un gran aliado para las mujeres con bastante pecho y también para las que tienen la espalda ancha, ya que logra estilizar la figura. El escote en ‘V’ es uno de los más femeninos y sensuales que existen. Estiliza la figura y aumenta ópticamente el tamaño del busto, por lo que no suele ser recomendable para mujeres con mucho pecho. El resultado, al unir ambos, es un diseño que suma las cualidades de los dos escotes y minimiza sus puntos negativos.