Desde que el príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron su compromiso, una de las preguntas más repetidas (y uno de los secretos mejor guardados) es quien será el encargado de crear uno de los vestidos más esperados. Después de imaginar cómo podría ser el diseño si tenía sabor español y de bucear en otras bodas reales en busca de inspiración, lo cierto es que no se conoce ningún dato, pero hay un nombre que en Londres y en las casas de apuestas resuena por encima del resto, Alexander McQueen. Tanto es así que algunas de las más importantes se han visto obligadas a retirar el nombre del diseñador de las pujas porque temen que haya habido alguna filtración y el rumor tenga algo de cierto.
No sería descabellado que Meghan se decantara por un vestido de la firma. Desveló que era un diseñador que le gustaba cuando eligió un traje de chaqueta, que recordaba a los modelos más icónicos de Saint Laurent, para asistir a la entrega de los Endeavour Awards en Londres. Un look elegante y muy comentado que adornó con joyas minimalistas de la firma canadiense Birks. Tampoco resultaría extraño que Meghan siguiera los pasos de la duquesa de Cambridge que ya eligió a Sarah Burton, directora creativa de Alexander McQueen, para crear el famoso vestido de encaje francés y escote corazón para el día de su boda.
En las listas de las casas de apuestas también figuran otros nombres como Erdem, Ralph & Russo (encargado de diseñar el vestido negro con el que posó en sus primeros retratos oficiales junto al príncipe Harry), Giles Deacon e incluso Victoria Beckham. Aunque la diseñadora ha repetido en más de una ocasión que, hasta la fecha, no le ha llegado ninguna solicitud para diseñar el vestido más esperado de 2018.