Después de casarse en secreto el pasado 22 de julio, Carlos Falcó y Esther Doña se han convertido en los protagonistas de una gran celebración que ha tenido lugar este viernes 22 de septiembre en El Rincón, propiedad del Marqués de Griñón. Ubicado en la localidad madrileña de Aldea del Fresno, el palacio se ha vestido con sus mejores galas para albergar esta velada en la que los novios, acompañados de sus familiares y amigos, han disfrutado de cóctel, cena y recena en una noche llena de momentos especiales.
A partir de las 19:30 horas de la tarde comenzaron a llegar los invitados -han asistido unos 150-, que fueron recibidos por la imponente construcción del siglo XIX a la que se accede tras un espectacular portón de hierro forjado, que abre paso a un camino flanqueado por viñedos y arboles centenarios. Pudimos ver a Fiona Ferrer, Mónica Martín Luque, el cantante Juan Peña, Emiliano Suárez y Carola Baleztena, Javier Merino y Marina Castaño, entre otros.
El padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, ha sido el encargado de darles la bendición… por cuarta vez desde que están juntos. La primera, cuando Richard Gere y su novia, Alejandra Silva, estuvieron en la propiedad de Carlos; la segunda, durante una visita a la capilla de Malpica, y la tercera, cuando fueron a la iglesia de San Antón (Madrid), cuyo párroco es, precisamente, el padre Ángel.
- Así ha sido el menú de la celebración
- El imponente Palacio donde Carlos Falcó y Esther Doña han celebrado la fiesta de su boda
La música en directo ha amenizado la fiesta, con las actuaciones de Pitingo, creador del soul a ritmo de bulería, a quien le une una amistad con los Marqueses de Griñón. De hecho, el matrimonio no quiso perderse el concierto que el artista ofreció en Madrid hace unos días. Además de él, Pilar Jurado y otros grupos musicales inundaron con su música y su voz los jardines de El Rincón.
- En ¡HOLA!, la boda secreta del Marqués de Griñón y Esther Doña
Tal y como publicó la revista ¡HOLA!, Carlos Falcó y Esther Doña se convirtieron en marido y mujer en un enlace tan sencillo e íntimo que sus seres queridos ni siquiera lo supieron hasta después de la ceremonia. Decidieron que ese momento fuera solo para ellos, pero quedaba una celebración pendiente, una gran fiesta de boda en la que pudieran compartir con los suyos la felicidad por su matrimonio y brindar por su 'sí, quiero'. Sin duda, será una fecha que jamás olvidarán.