De la sobriedad a la majestuosidad: Así han sido los tres vestidos de novia que ha lucido Ekaterina
La diseñadora rusa ha lucido estos días radiante y como una princesa
Después de tres días de celebraciones que finalizaron anoche con una fiesta de celebración en el castillo de Marienburg, Ernst August de Hannover y Ekaterina Malysheva ya son marido y mujer. La que es ya princesa de Hannover ha lucido espléndida en todos y cada uno de los actos gracias a las tres creaciones que su gran amiga, Sandra Mansour- diseñadora formada entre Ginebra, París y el Líbano, y que comenzó trabajando con Elie Saab- realizó para ella con motivo de los festejos de su enlace.
De la sencillez y sobriedad del primer vestido hasta la majestuosidad del último, os mostramos con todo lujo de detalles cada uno de los diseños. El primero de los tres fue el que lució en su boda civil y se trataba de un vestido en tono crema con acabado nacarado de inspiración lencera, escote pico, silueta entallada, manga acampanada, banda en la cintura marcando el talle, creado un efecto plisado; y falda midi con abertura central. Un elegante conjunto que recuerda a las creaciones que lucían las actrices de la Edad de Oro de Hollywood. Como calzado, unos salones en color maquillaje con tiras cruzadas en el empeine.
El día antes de su boda religiosa en la iglesia del Mercado, Ekaterina disfrutó de una preboda que tuvo lugar en la conocida cervecería Brauhaus de Hannover y que se desarrolló en un ambiente informal. Para dicha ocasión, llevó un diseño largo en tono pastel, con mangas transparentes y vaporosas; y con bordados con toques rojos y motivos flores inspirados en Rusia, país de nacimiento de la novia. Su característica melena rubia la lució con un semirrecogido y el resto del cabello levemente ondulado.
Para el gran día, el de la ceremonia religiosa, Ekaterina lució un elaborado diseño hecho a mano de encaje chantilly y pedrería inspirado una vez más en su Rusia natal. El traje, de manga larga, falda de gran volumen, escote redondo, mangas semitransparentes abullonadas y una larga cola, se acompañó de un velo a juego con el mismo encaje y pedrería que el resto del diseño, toda una obra de arte realizaba a mano y en exclusiva para ella; y que ha supuesto tres meses y medio de trabajo. El majestuoso traje de Ekaterina se completó con la espectacular tiara floral de Hannover, una pieza familiar que han lucido otras grandes princesas como Carolina de Mónaco o Chantal Hochuli, primera esposa de Ernesto de Hannover y madre de los príncipes Ernest August y Christian de Hannover.