La boda de Risto Mejide y Laura Escanes fue una montaña rusa de emociones. Los novios pasaron de la risa al llanto en cuestión de segundos, al igual que sus invitados.
“Yo soy de lágrima fácil y las primeras las derramé cuando mi padrino me entregó el ramo y me leyó el poema: y luego creo que aguanté más de lo que pensaba. Fue una ceremonia muy divertida, eso ayudó también a que estuviera entera. Pero sí, era todo muy emocionante y yo tenía los sentimientos a flor de piel”, declaró Laura a la revista ¡HOLA!.
Risto, por su parte, aseguró que sus lágrimas no eran fruto de la emoción. El publicista estuvo muy sereno durante la ceremonia y solo se rompió al leer los votos a su ya mujer. “Se me quebró la voz y no me da ninguna vergüenza reconocerlo”, dijo.
Sin embargo, durante el baile nupcial todos los invitados –alrededor de 400, entre ellos Eugenia Martínez de Irujo y su nueva pareja, Narcís Rebollo- pensaron que Risto había roto a llorar, pero nada más lejos de la realidad. “Me hubiera encantado que mis lágrimas fueran reales pero fue alergia. Ya sé que suena a excusa barata, pero era real. No sé qué me estaba dando alergia, si el humo de discoteca o la laca que llevaba ella”, contó.
Eso sí, los recién casados no quisieron romper la “magia” y no revelaron a sus familiares y amigos el verdadero motivo de las lágrimas de Risto. “Nosotros estábamos muertos de la risa con la tontería de que el ojo no me paraba de llorar; tanto que hubo gente que se nos acercó y nos dijo: ‘Cuando te he visto llorar yo también me he puesto a llorar’. Y claro, no iba a estar yo rompiendo la magia”, manifestó el publicista.
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Pero... ¿dice la verdad? Risto aseguró que no se trataba de una excusa para seguir mostrando al mundo su cara más dura. “Pues la verdad es que no. Afortunadamente una cosa no está reñida con la otra. Se puede ser sensible y tener criterio y ser punzante o irónico en ocasiones. Lo que no tendría sentido es ponerme sensible al juzgar a tente que desafina o irónico en mi propia boda. Ya tengo una edad en la que me gusta hacer apología del ser espontáneo, y hacer lo que cada uno sienta en cada momento. Creo que he construido mi marca en la autenticidad, y dejaría de ser auténtico si disfrazara lo que siento”, concluyó rotundo.