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No hay secreto mejor guardado en una boda que el vestido que lucirá la novia. Por eso, la llegada de Pippa Middleton a la iglesia de St Mark en Englefield, Berkshire, era uno de los momentos más esperados del día. La hermana de la Duquesa de Cambridge ha llegado muy puntual a su cita con James Matthews, el hombre de su vida, y lo ha hecho junto a su padre y padrino, Michael Middleton, en un Jaguar MK V, un coche de época del año 1951.
La novia estaba radiante con un precioso vestido de inspiración romántica del británico Giles Deacon. "Me fascinó trabajar con Pippa en su vestido d boda. Un diseño con mangas casquillo, cuello alto y cuerpo estructurado con detalle recortado en la espalda con forma de corazón", ha declarado el diseñador.
El encaje de seda de algodón hecho a medida está elaborado a mano para crear la ilusión de 'no costuras'. El cuerpo de encaje está bordado con detalles de perlas sobre organza y una enagua de tul, puesta capa sobre capa para darle mas movimiento. "Es un privilegio poder mostrar la labor artesana que mi equipo realiza en Londres y toda una declaración de apoyo a la moda británica de Pippa", ha añadido.
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Pippa llevaba un velo hecho a medida por el sombrerero británico Stephen Jones, elaborado en fino tul con degradado de perlas bordadas. En sus pies, unos impresionantes Manolo Blahnik hechos a medida en satén marfil y con detalles de perlas.
Las joyas han cobrado un especial significado en esta boda. La novia ha elegido una pequeña pieza de enorme valor sentimental: los pendientes florales que llevó en las nupcias de su hermana mayor, cuando su imagen como dama de honor dio la vuelta al mundo. Un detalle que los Middleton encargaron a Robinson Pelhamy junto a los impresionantes pendientes de diamantes en forma de pera que la Duquesa de Cambridge lució para su gran día con el príncipe Guillermo.
Además, Pippa llevaba la tiara 'Maidenhair fern' (Helecho) realizada a mano por el mismo joyero británico, probablemente regalo también de sus padres, Michael y Carole. Una creación a la que se suma el broche que sujetaba el delicado velo.
El ramo, de pequeño tamaño y en tonos blancos y verdes con un ligero toque rosa, a juego con la decoración floral de la iglesia, completaban el 'look' nupcial de Pippa. Todo ello creación del florista británico Lavender Green.
Seis años han pasado desde que Pippa se convirtiera en la protagonista inesperada de la boda de su hermana. De abril de 2011 a mayo de este 2017 cuando vuelve a estar en el foco de la noticia, pero esta vez con motivo de su propia boda. En aquella ocasión dejó a todos con la boca abierta gracias a un vestido de la directora creativa de Alexander McQueen, Sarah Burton, que sigue marcando tendencia en la actualidad.
Con botonadura trasera y una pequeña cola, se ajustaba a la perfección a la silueta de la joven empresaria, y se convertía casi instantáneamente en la comidilla de las redes sociales a pesar de la sencillez (o quizá precisamente por ello) de las líneas del traje. Las fotografías del vestido daban la vuelta al mundo, y rápidamente pasaba a formar parte de la colección regular de la firma, que lo comercializaba a través de la boutique de lujo net-à-porter, sustituyendo los botones por una cremallera y alterando algunos detalles del cuello.
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