Convertirse en la madrina de un enlace es un honor y una gran alegría, ya seas la madre del novio o esa persona allegada a la que se lo han pedido con ilusión. Eso sí, también supone una responsabilidad y suscita un sinfín de dudas en cuanto al protocolo a la hora de vestirse, puesto que todos sabemos que su papel es el de una “segunda protagonista”, precisamente en quien clavamos la mirada después de haber puesto nuestros ojos en los novios. Si éste es tu caso y elegir vestido se está convirtiendo en todo un quebradero de cabeza para ti, te interesará conocer estas pautas para escoger el atuendo con el que dar en el clavo. ¡Toma nota!
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¿Qué vestido elijo?
En cuanto al atuendo de la madrina, las “normas de etiqueta” son sumamente sencillas y claras: además de las novias, ellas son las únicas que pueden ir de largo, ya sea una boda de mañana o de tarde, aportando así mayor solemnidad. Por lo tanto, un vestido de fiesta hasta los pies estaría permitido en ambos casos, siempre y cuando tengamos cuidado con los tejidos recargados, la pedrería y los brillos si el enlace es diurno. Por otra parte, el protocolo también admite vestidos más cortos, como pueden ser los modelos de largo midi, un vestido mullet —ligeramente más corto en la parte delantera que la trasera, sin llegar a ser demasiado escueto— o un conjunto de dos piezas compuesto por un vestido y una chaqueta —o una falda, un top y una chaqueta—. En este caso, es importante que las mangas de la prenda superior alcancen al menos el codo, como en el caso de la manga francesa.
¿Pamela, tocado o mantilla?
Si quieres seguir las reglas de protocolo más estrictas, te advertirán que en el caso de querer ponerte una mantilla, podrás hacerlo si el vestido es largo y la boda de mañana —aunque hay quien los luce también en enlaces de tarde—. El protocolo dicta que sea negra en caso de ser una ceremonia religiosa, pero hoy por hoy pueden lucirse en encaje de chantilly en colores crema y marfil, siempre que contemos con el permiso de la novia y que no le reste protagonismo a su velo. Si necesitas inspiración, podrás encontrarla en 'Madrinas con mantilla'.
En el caso de que la boda sea de tarde y el vestido largo, el tocado es una buena opción. En cambio, si vistes de corto, la pamela puede ser tu mejor aliada a la hora de dar un punto de sofisticación a un conjunto diurno y un tocado o sombrero de ala corta a uno de tarde/noche.
¿Existen colores o patrones prohibidos?
Evidentemente, salvo expresa petición de la novia, hay que evitar tonalidades como el blanco, el crudo o el marfil. Así también, es aconsejable que la madrina no vista de negro —por mucho que estilice— por las connotaciones que se le asocian. En el caso de una boda de mañana, los colores empolvados suelen ser una apuesta segura; mientras que por la noche entran en juego tonalidades más enérgicas y llamativas, como el verde esmeralda, el rojo o el azul zafiro.
En cuanto a las formas, lo más importante es tener claro que la novia es la protagonista y que la madrina ha de mantenerse en un discreto segundo plano. Así también, la clave de un estilismo es encontrarse cómoda e identificada con el vestido que se luce, sin tener la extraña sensación de ir disfrazada al enlace, en tal caso el resultado sería nefasto.
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