'Hoy es mi día'. Y es verdad: pocas veces en la vida nos sentimos tan protagonistas como el día de nuestra boda. Todas (o casi todas) nuestras personas queridas, familiares y amigos, han venido a vernos dar un paso que cambiará nuestras vidas. Hay un motivo por el que se pone tanto énfasis en estar guapísimas y llevar el vestido más bonito, y es que nunca vamos a olvidar este momento, ni tampoco lo harán las personas con quienes lo compartimos.
Partiendo de ahí, existen multitud de elucubraciones sobre qué errores pueden provocar que se 'robe' protagonismo a la novia. Qué paso en falso podemos dar como invitados que agüe, aunque sea un poquito, ese día. Un ejemplo: Beyoncé acudiendo a la boda de su hermana Solange, que solventó cualquier posible rivalidad por adelantado vistiendo a todas sus invitadas del mismo color blanco que ella; Solange, además, se cambió tres veces de traje de novia.
Más recientemente, tan reciente que no estamos hablando de una boda pasada, sino en una que promete convertirse en 'La Boda' de 2017, es el enlace de Pippa Middleton y su prometido James Matthews. La pareja anunciaba el pasado mes de julio su compromiso, y casi inmediatamente después se ponía en marcha el engranaje de los preparativos de la que será la segunda ceremonia de boda del clan Middleton en cinco años, después del enlace de los Duques de Cambridge en 2011.
Según desvelaba entonces la revista People, la boda de la hermana pequeña de Catherine Middleton podría no contar con la presencia de los Duques de Cambridge, precisamente por este motivo: para no restarle protagonismo a los novios. O, al menos, reducir su papel al mínimo posible y no ser una de sus damas de honor, a pesar de que tradicionalmente, las hermanas de la novia formen parte de su equipo de bridesmaids.
Fue precisamente durante la Boda Real de Inglaterra cuando vivimos en directo uno de estos momentos en los que una invitada 'roba' involuntariamente algo de protagonismo a la novia: haciendo las veces de dama de honor, Pippa acudió a la ceremonia vestida de blanco con un diseño de Sarah Burton, la misma diseñadora que vistió a su hermana; un diseño sencillo, de líneas minimalistas, con manquita corta, botones vistos y escote drapeado en 'U', pensado para fundirse con la cola del vestido de novia. Cinco años después aún se sigue hablando de aquél traje, que marcó tendencia y estableció un antes y un después en las invitadas que se visten de blanco.
En esta ocasión, las tornas podrían volver a girarse. Tal y como apuntaba a 'People' la autora experta en royals europeos Judy Wade, "si tu hermana es la futura Reina de Inglaterra, es probable que acabe llamando la atención más que la novia. Es una situación complicada, porque es su hermana y probablemente quiera tenerla a su lado ese día. Pero por otra parte, la Duquesa querrá mantenerse en la sombra lo máximo posible".
Aunque en una boda 'de a pie' no suela presentarse el problema de tener un royal en en nuestra lista de invitados, la etiqueta en este tipo de eventos cuenta con una serie de normas no escritas que, si bien no se consideran protocolarias, sí suelen acatarse precisamente para evitar el eclipsar a la novia con un vestido o un comportamiento inadecuados. Si necesitas una miniguía para evitar un desliz de este tipo, puedes empezar por estas recomendaciones:
1. Evita el blanco a toda costa. A menos que se trate de una boda all-white, como la de Solange Knowles, o que seas parte de la comitiva de damas de honor y la novia haya elegido este color. Es importante que la pareja especifique claramente en las invitaciones cuál es el dress code, pero si no lo hacen, es mejor jugar sobre seguro y apostar por una pieza clásica, sencilla y discreta, en un color ídem. Si estás invitada a una boda de verano y quieres vestir de un color claro, lo mejor es preguntar a los novios, u optar por un dos piezas que combine otros colores además del blanco.
2. Y también siluetas que recuerden a su traje de novia. Esta recomendación afecta solamente a aquellas invitadas muy cercanas a la novia, que suelen ser quienes conocen de antemano cómo será su vestido. Además, en muchos casos estas invitadas tienen un papel relevante en la boda, que les lleva a aparecer en muchas de las fotos: madrina, testigos, damas de honor... Si sabes que la novia va a llevar un vestido con cuello chimenea, decántate por otro tipo de escote.
3. No compitas con otras invitadas. Este es un caso habitual entre la madrina y la madre de la novia, en una boda en la que se acatan los roles tradicionales. Aunque a veces resulte difícil, es mejor intentar no competir con el estilo elegido por otras invitadas, independientemente de cuál sea nuestro papel. Ni en colores, ni en largos, ni tampoco en el tamaño de los accesorios. Esta recomendación afecta especialmente a la madre del novio y a la de la novia porque aparecen en muchas de las fotos de la boda, pero son extensibles a todos los invitados.
4. No des ninguna noticia importante. Es mejor reservarlo para otro día: un embarazo, una nueva boda... respeta el protagonismo de los novios en su día, por muy tentador que resulte el tener a toda la familia reunida.
5. Llega a la hora indicada, o un poquito antes. Si llegas tarde, es mejor esperar a que termine la ceremonia que interrumpir y forzar que los invitados de las últimas filas dejen de prestar atención para interesarse por quien acaba de hacer entrada.