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Llevarse las joyas a la playa es una de las tendencias que triunfa este verano: las buenas, muy buenas, son las que mejor resisten los arañazos de la arena y el efecto de la sal o el cloro, aunque siempre da más miedo perderlas; la bisutería y los cristales se dañan antes que los diamantes o el platino, pero 'duele' menos perderlas que una joya de varios quilates...

Entre las joyas valiosísimas de nuestro joyero suele encontrarse el anillo de compromiso, que no siempre se lleva puesto (aunque a veces se diseñen las alianzas para que puedan combinarse con él), y que suele quedarse en casa en situaciones donde es fácil perderlo, como, por ejemplo, un viaje largo. ¿Sabes cómo cuidar de tu anillo en vacaciones?

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Un buen punto de partida para cuidar del anillo en vacaciones, sobre todo si nos lo vamos a llevar a la playa (algo habitual, por ejemplo, durante la luna de miel), es asegurarlo de antemano, especialmente si es muy valioso en términos económicos. El valor sentimental de una joya de este calibre no puede restituirse si lo perdemos, pero, por lo menos, podemos proteger el valor de algo que más tarde se convertirá en una joya familiar. Estos seguros, que, a veces, pueden incluirse en el seguro del hogar o de viaje, suelen protegernos de pérdidas, robos o daños sustanciales.

Es importante recordar que el valor de metales preciosos, como el oro o el de los diamantes, varía de año en año dependiendo de las fluctuaciones del mercado, así que no es mala idea renovar el valor del seguro cada cierto tiempo.

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Si el anillo va a estar expuesto al cloro, el agua de mar o la arena de playa es buena idea hacer una limpieza profesional después de las vacaciones. La arena es especialmente difícil de limpiar en casa, y podemos dañar aún más la joya si no tenemos experiencia limpiando este tipo de piezas. Lo mismo si tienes pensado usar cremas con factor de protección solar a diario (deberías): las cremas no dañan las joyas duras como los diamantes o los metales como el oro, pero pueden dejar marcas de grasa. Durante las vacaciones intenta sumergirlo de vez en cuando en agua caliente, frotándolo con cuidado con un cepillo de dientes suave, hasta que puedas llevarlo a una joyería.

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El agua no sólo puede resultar dañina para el anillo por el efecto erosivo de la sal o el cloro: cuando está muy fría, puede hacer que el anillo se nos escape del dedo más fácilmente, y más si hay olas de por medio. Si vas a jugar a juegos de agua en la piscina, es mejor dejarlo en la orilla o directamente en casa o en la habitación del hotel, y lo mismo si tienes pensado meterte en el mar.

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Si te llevas el anillo de compromiso de vacaciones, intenta establecer una rutina por las mañanas y por las noches que se parezca a la que tendrías en casa. Normalmente en vacaciones solemos relajarnos más (para eso están), y no prestar tanta atención a la manera en que hacemos las cosas, pero si llevas contigo una joya valiosa es importante intentar no descuidarla, dejándola, por ejemplo, en el borde del lavabo mientras te preparas para ir a la cama, o guardarlo en un sitio diferente cada noche.

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El mejor consejo: viajar con una cajita específica para guardarlo y meterlo siempre en el mismo sitio cuando no esté en nuestro dedo; en la maleta, en el primer cajón de la mesilla o en una caja fuerte si se tiene acceso a una. Esto, además, protege a otros anillos también valiosos pero con piedras de menor dureza, que pueden dañarse en contacto con los diamantes al meterlos todos juntos en la misma bolsa de viaje.

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