Aires de fiesta en el desfile de Carla Ruiz y su 'Reina de Corazones', frente a la Escarlata O'Hara de Sonia Peña

CARLA RUIZ

Palais Royal, Palacio Real en francés, es el nombre que Carla Ruiz le ha dado a su nueva coleccion de novia y fiesta para el año que viene; algo que ha quedado patente casi desde la primerísima modelo en salir a la pasarela: después de un primer espectacular dos piezas de color blanco transparente, con volante péplum partido y apliques de flores 3D, una de las muchas 'reinas' que han pisado la pasarela a lo largo de este desfile se hacía cargo de poner en contexto la esencia de la colección con un minidress imperio plisado, con puños y escote con repujados en hilo de oro, complementado con una corona royal. Un accesorio que ha servido de hilo en el beauty look de muchas de las modelos, alternado con las diademitas doradas de pedrería y las tiaras. El cabello: recogido en unas boxer braids, acabadas en un pequeño moño en la nuca.

El detalle: las mujeres majestuosas que visten prendas de grandes volúmenes (incluido un modelo de fiesta golden con hombros marcados), capas de corte aristocrático, ribetes, encajes y transparencias.

El primer vestido del desfile de Carla Ruiz ha sido además uno de los más destacados: un dos piezas de color blanco transparente, con volante péplum partido y apliques de flores 3D.

Los vestidos princesa con estampado de flores y bolsillos han sido una de las tendencias de fiesta que hemos visto en este y otros desfiles, por ejemplo el de Patricia Avendaño en la noche de ayer. Este de Carla Ruiz recuerda a los diseños clásicos de porcelana, en blanco y azul.

El espíritu barroco de la colección replica el lujo y exquisitez de la forma de vestir palaciega, la de los libros de historia y los cuentos, con patrones imponentes, de faldas muy amplias o bien envolventes, que acarician la silueta y la completan con brocados, bordados y jacquards. Los colores sólidos y el monoblocking se van al terreno de las piedras preciosas, del verde esmerlda al rojo rubí, el zafiro o el aguamarina, eso sí a menudo con flores y hojas doradas en los hombros y en torno al cuello. Otros accesorios golden: cinturones metalizados, sandalias y diademas.

Vestidos destacados: el de la imagen, un minidress con falda bombonera en azul transparente (más transparente incluso al verlo de cerca), con diseño de hojas de tela, escote en 'uve' y destellos de hilo de plata. También las maxihombreras a lo 'Reina de Corazones', que llevan la tendencia eighties al extremo en un total look dorado con falda lápiz. Y el diseño encargado de cerrar el desfile, un vestido especial de volantes en color oro para el que se han apagado las luces, y cuyos rebordes se iluminan en la oscuridad. Vimos algo parecio en el desfile de Jordi Dalmau: ¿será este el futuro de los vestidos de novia con luces LED?

SONIA PEÑA

Si la colección de Carla Ruiz nos ha trasladado en la recta final de la Barcelona Bridal Fashion Week al universo de la 'Reina de Corazones', el penúltimo desfile de esta edición, el que se ha encargado de echar el cierre antes del fin de fiesta de Pronovias, tiene igualmente tintes entre cinematográficos y literarios.

'Scarlett, gone with the wind', osease, 'Lo que el viento se llevó', es el nombre de la propuesta de Sonia Peña, y se inspira en la famosísima novela de Margaret Mitchell, y más concretamente en el carácter romántico, ambicioso y audaz de su protagonista, Escarlata O'Hara, quien tan sólo tres años después de la publicación del libro pasaría al imginario colectivo en la figura de una seductora Vivien Leigh.

Las pistas que vamos a encontrar en las prendas y que recuperan el espíritu de Escarlata: los cortes, tejidos y volúmenes que parecen venidos de otras épocas; los colores, especialmente las combinaciones en azul marino y turquesa, berenjena y fucsia; y los estampados florales con un toque romántico.

Vestido destacado: este diseño de fiesta que reúne muchas de las tendencias cóctel que hemos visto estos días, especialmente el escote de hombros descubiertos + silueta princesa, y el estampado floral, que escala de abajo a arriba en rojo y rosa sobre blanco.

La firma dirige su diseño de fiesta a todos los invitados de la boda, aunque el target con el que ellos mismos se identifican es precisamente el que abarca a las mujeres de 30 a 50 años: muchas de sus propuestas están pensadas para vestir a la madre del novio y de la novia.