Cómo organizar una boda en unas pocas semanas
Una pareja sola vs. una 'wedding planner': ¿cuánto tiempo necesita cada uno para organizar una boda en el menor tiempo posible?
¿Con cuántos meses de adelanto se puede organizar una boda? El tiempo que pasa entre el compromiso y el 'sí quiero' varía de una pareja a otra y aunque la norma suele estar en torno al año, cada vez son más frecuentes las bodas que se organizan en tiempo récord. "La boda más rápida que hemos organizado fue con dos meses de adelanto", explica el equipo de wedding designers de Bodas de Cuento. "Realmente es muy poco tiempo para organizar una boda, porque el tiempo siempre juega a tu favor a la hora de encontrar una mayor oferta disponible, pero los profesionales que conocen el sector están acostumbrados a trabajar con un deadline; es más sencillo".
Si para los pros de la organización de bodas una boda organizada en ocho semanas puede convertirse en un reto, para una pareja que lo hace sola es una auténtica odisea. "Organizar una boda exprés para una pareja sola puede ser muy, muy estresante. Lo habitual es que las parejas planifiquen la boda de un año para otro, con una temporada de plazo. Sí que es cierto que hemos notado que esto va cambiando con los años y que los plazos de planificación cada vez se acortan más; muchas contrataciones se solicitan dentro de la misma temporada, en el mismo año". Los wedding planners que elaboran bodas a medida suelen trabajar con una horquilla de tiempo marcada por los novios, aunque la sugerencia de un plazo cómodo "estaría en torno a los diez meses, sobre todo para que los proveedores y sitios que mejor se adapten a la boda no tengan ya la fecha cerrada, y no se reduzca demasiado el abanico de opciones".
Los básicos de una boda exprés:
- Un espacio que encaje con el tipo de boda que quieren los novios.
- Un catering que maride bien con el espacio y estilo de boda.
- Un buen fotógrafo que pueda documentar ese día.
- Una decoración que haga especial la boda y la llene de detalles que hablen de la pareja.
Otro caso que se suele dar a menudo en el terreno de la organización de bodas son las parejas que contactan a un equipo de wedding planners cuando ya llevan la boda a medias, pero, a los pocos meses del día B, se dan cuenta, o bien de que quieren llevar la celebración un paso más allá, o bien que simplemente no son capaces de manejar el estrés que supone la organización de un evento de estas dimensiones y requieren, con un espacio muy corto de tiempo, de una persona con experiencia.
"Hay un tanto por ciento de trabajos que responden al caso de parejas que han decidido organizar la boda por su cuenta y que, una vez que tienen todos los preparativos encaminados, se dan cuenta de la importancia de que alguien coordine ese día para que todo salga según lo previsto (un servicio de coordinación), o que valoran tener una decoración especial que haga que su boda no sea una más, que le de ese efecto WOW! que buscan (un servicio de diseño y decoración); este sería un caso bastante común, que suele suceder unos seis meses antes de la boda aproximadamente". En estos casos los tiempos se reducen comparados con las bodas que se organizan íntegramente ya que muchas cosas están ya decididias, aunque sea sobre el papel, y la planificación de la boda no es una página en blanco. "En tres meses o incluso dos podríamos preparar estos dos servicios en concreto. Por ejemplo, en nuestro caso, nuestro fuerte es el diseño y la producción, y captamos enseguida el estilo que los novios quieren para su boda, así que en ese terreno tenemos una capacidad de reacción muy rápida. Pero en general, lo importante es poder dar siempre respuestas y ayudar a los novios".
Una boda ejemplar
"Recuerdo una boda en Madrid en la que por problemas burocráticos el sitio que los novios habían contratado nos comunicó a menos de dos meses que la boda no se podía celebrar allí. Fue muy complicado encontrar un espacio en el centro de Madrid que respondiese a lo que los novios querían, pero lo encontramos... aunque le faltaba una zona donde celebrar la ceremonia. Así que propusimos a los novios, que eran muy modernos y querían una boda muy informal y diferente -la novia ni siquiera iba de blanco, llevaba un vestido aguamarina-, hacer la ceremonia en la calle (sí, sí, en la calle, en medio de Madrid...)".
"La ceremonia fue genial, con un estilo muy de barrio industrial neoyorquino, entre puertas y paredes de naves, con música en vivo y un neón enorme como única decoración, muy underground. A veces, hay que ser atrevidos a la vez que auténticos y no tenerle miedo a nada. A grandes males, ¡grandes soluciones!"