Pocas semanas después de intercambiar anillos con Jennifer Aniston, Justin Theroux explicó en una entrevista de televisión a 'Extra' por qué su luna de miel con la actriz no había sido cosa de dos: la pareja se había decidido por una buddymoon (buddy significa amigos o 'colegas' en inglés), un viaje a Bora Bora compartido con algunos de los amigos más íntimos de la pareja, entre ellos la compañera de reparto de Jennifer en 'Friends', Courteney Cox.
Las buddymoons entran en la categoría de lunas de miel alternativas que se han puesto de moda en los últimos años, junto con los los destinos exóticos que se salen del catálogo de viajes convencional, las minimoons -o lo que es lo mismo, una luna de miel exprés con muchos caprichos, condensada en unos pocos días-, o la babymoon, un viaje premamá que se organiza antes de tener un bebé. Las buddymoons son, por definición, un viaje de novios que incluye a más gente, y convierten la luna de miel en una experiencia de grupo tanto si se organiza como parte de una destination wedding, alargando la celebración unos días en el destino que hayamos elegido para casarnos, o el formato más habitual: organizando ese viaje postboda a Hawai, Tailandia o las playas de Cancún con nuestros mejores amigos.
Aunque la buddymoon haya alcanzado la categoría celeb con la boda de Justin Theroux y Jennifer Aniston, la moda viene dando que hablar desde 2012, cuando el diario 'The New York Times' publicó un artículo dando algunos datos al respecto: para los novios que se animan con este tipo de viajes, el romanticismo se cambia por experiencias enfocadas a la diversión en grupo. La tendencia, explicaba el diario, estaría además relacionada con los nuevos hábitos de las parejas modernas: hasta el 65% de los novios hoy en día conviven juntos antes de pasar por el altar, y lo que es más, han compartido viajes románticos con anterioridad, con lo que el viaje de luna de miel deja de ser un punto de inflexión radical para el inicio de la vida en común, y pasa a ser una experiencia más que podemos vivir solos o acompañados.
De ahí que la luna de miel con amigos pueda convertir el viaje en algo inolvidable, y, sobre todo, muy distinto al viaje de novios convencional. Especialmente si tenemos en cuenta que las oportunidades para irse de viaje en grupo se van reduciendo a partir de la treintena, cuando el tiempo de ocio pasa a dividirse entre los hijos y la pareja: la edad media en que las mujeres españolas se deciden a aumentar la familia se sitúa hoy por hoy en los 32 años según los datos del INE, mientras que los matrimonios suelen celebrarse a los 37 años para ellos, y 34 para ellas.
Otro factor decisivo a la hora de decantarse por una honeymoon de este tipo es que los costes del viaje pueden reducirse drásticamente si incluimos a más gente, especialmente en lo que se refiere a las actividades de grupo, que a menudo obtienen mejores descuentos a la hora de organizar excursiones o actividades de aventura, como a la hora de conseguir una mejora en el alojamiento, tanto en los servicios de un resort de lujo, como su alquilamos una casa rural o una villa en un destino paradisíaco.