Los pantalones de novia fueron una de las tendencias de 2015, gracias sobre todo al impulso celebrity de Olivia Palermo, que se casó con unos shorts por debajo de su falda de Carolina Herrera, o de Solange Knowles, que lo hizo con un hat-trick de tres vestidos diferentes, incluidos monos de una pieza con pantalones. La novia 'a la Yves Saint Laurent', con el esmoquin femenino encajado y de color blanco imaginado por primera vez por el diseñador (su Le Smoking de 1966), ha sido una alternativa habitual para muchas novias que se casan por lo civil, especialmente para las mujeres que no se ven del todo vestidas con un traje blanco y prefieren una opción más moderna al clásico dos piezas con falda y chaqueta.
Los separates, es decir, los looks de dos o más piezas ya sean pantalones, blusas, jerseys o chaquetas de novia, tienen la ventaja de poder reusarse en más ocasiones tras darse el 'sí quiero', algo que en el caso de los pantalones largos de color blanco parece convertirse en un fashion statement que funciona en más de una ocasión: con cinturilla alta y pinzados, cropped con corte por encima del tobillo, con pernera XL estilo elefante, o incluso con un estampados discretos, como las rayas verticales muy finitas o los topos, los pantalones de novia pueden llegar a reinventarse una y mil veces después de la boda, tanto en ocasiones de gala y otras celebraciones, como durante la temporada alta de bautizos y comuniones, como en el streetstyle.
Un ejemplo práctico y que seguro que a muchas novias con pantalones les ha venido a mano en alguna ocasión: si eres de las que piensa que el blanco es dificl de llevar a las bodas a menos que seas la novia (oficialmente la prohibición del blanco no forma parte del protocolo de este tipo de eventos, aunque por tradición suele respetarse que la única de blanco sea la novia excepto si se indica lo contrario), el pantalón del color claro es de las pocas veces en que el blanco está permitido incluso entre quienes siguen esta norma a rajatabla, sobre todo si lo combinamos con un top o una blusa en un color fuerte o con estampados de flores.
Algunos ejemplos de red carpet nos los sirve en bandeja Kate Bosworth, con un conjunto dos piezas con brocados en off-white que cambia la chaqueta por un chaleco sin mangas, o con una blusa con detalles de pedrería como la de Jennifer López, con pantalones tipo carrot que marcan las caderas. El esmoquin sin camisa es un poco más arriesgado, aunque si Bianca Jagger se casó con un look parecido es posible rememorar el estilo seventies de la modelo añadiendo un pantalón de pata ancha o con línea recta, como Paz Vega y Naomi Watts, que añaden un blazer con escotazo en 'uve'.
Claro que si hay una situación en la que podemos aprovechar al máximo el potencial del pantalón blanco, ésa es en el día a día que marca el streetstyle. Unos pantalones sastre en crepe de color blanco estructuran un look en all white all añadir un blazer o una cazadora, rebajando el tono serio de los pantalones con una prenda básica como son la camisa o la camiseta blancas.
Más ideas: los pantalones cropped con estampados diminutos, como las rayas pinstripe de Chrissy Teigen que la modelo combina con un crop-top en color naranja. Este tipo de pantalones también suelen ceñirse en la cintura, abriendo el diámetro de la pata a la altura de la rodilla: para equilibrar la silueta podemos añadir una chaqueta entallada o un top lencero de seda en el día B, y combinarlo con una sandalia oscura de tacón alto y una camisa sin volúmenes añadidos en la calle.
Para las amantes del black & white, el pantalón blanco funciona siempre que se combina con negro, sobre todo si añadimos esta prenda al armario de invierno por ejemplo combinada con un jersey de punto de estilo marinero con americana, o con un sueter de cuello redondo sumado a chaquetón en un color tierra que equilibre los otros dos colores antagonistas.
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