Aunque a veces te den ganas de comerlas, no todas las bayas son comestibles. Muchas variedades son venenosas, aunque eso no significa que dejen de ser bonitas y las encontremos a menudo en la decoración floral en la recta final del año, a partir de los meses de otoño y muy especialmente en invierno. Las bayas, además, son sorprendentes ya desde el momento en que miramos de cerca la amplísima lista de nombres que las componen: a menudo las confundimos por lo que no son (no son solamente las bolitas de color rojo que acompañan los arreglos de Navidad), especialmente al compararlas con el inglés, donde todas entran en la categoría de berry. Un ejemplo: la calabaza o el tomate son una baya, mientras que la mora o la frambuesa no lo son, ya que se consideran frutas del bosque. Las grosellas van por libre: son ambas cosas.
Dejando a un lado las variedades botánicas, tanto las bayas como las frutas del bosque ofrecen una gama de colores que no sólo sirve para complementar un ramo de novia en tonos de otoño o invierno, sino que lo hacen de manera más económica que las flores y a menudo añadiendo un acento rústico que funciona con el tono de las bodas que se celebran en esta estación. Esto es especialmente importante en los arreglos en tonos muy neutros y suaves, como los que se elaboran con ramilletes de rosas, peonías o ranúnculos, fáciles de encontrar en los meses fríos, y a menudo acompañados con hoja verde de fondo: una nota de azul oscuro (casi negro) en forma de ramo de hipérico o de tasmannia lanceolata, en rojo como el viburnum, o con pequeños guiños en blanco o rosa, muy similares al algodón, como el symphoricarpos, añaden textura y un toque de misterio a los ramos desestructurados y voluminosos.
El ramo de novia con frutos del bosque también es una opción, aunque sólo con echar un vistazo a la lista de opciones a nuestro alcance se hacen evidentes varias cosas: una, que el fruto debe estar lo más verde posible, ya que la gran mayoría de estas frutas son muy jugosas y pueden abrirse y manchar el vestido o las manos con facilidad una vez están maduras.
En segundo lugar, que es mejor reservarlas exclusivamente al invierno, y no solamente por una razón de estilo: las bayas, especialmente las de color blanco o verde, funcionan con ramos de novia de todos los estilos y estaciones; frutas como las fresas diminutas o las grosellas también, aunque por pura definición son más perecederas. A pleno sol, corremos el riesgo de que se estropeen antes de que acabe el día, algo así como lo que sucede con las diademas de flores naturales si no tenemos cuidado.
En tercer y último lugar, si te enamoras de un fruto del bosque en concreto, quizá sea mejor reservarlo a los centros de mesa y otros arreglos para solventar los dos puntos anteriores. Entre las diferentes soluciones a este dilema que hemos encontrado que se suman a la tendencia bridal, entrarían por ejemplo los boutonnier de los novios, los centros de mesa y la decoración de la ceremonia, o los pasteles de diseño, especialmente los que incorporan acabados metalizados que añaden un toque natural con una rama de grosellas o moras.
Las frutas del bosque no tienen la exclusividad de 'estropearse' antes de tiempo si no se hace nada para evitarlo: a la hora de crear el ramo de novia perfecto, una variedad de flor que aparece a menudo cuando se habla sobre el tema con los expertos en manejo de flor natural es el tulipán, una flor que se cuenta entre las grandes favoritas de las novias, y que a menudo se intenta evitar a toda costa en las bodas de verano ya que se abre en cuestión de horas y deja de tener ese aspecto cerrado y bonito para convertirse en una flor completamente distinta.
Con las frutas del bosque sucede algo similar: el ramo de la imagen superior está elaborado exclusivamente con moras, una confección muy bonita pero que solamente funcionaría en una sesión de fotos de novias o de lifestyle, y no en la vida real. La propia florista, autora del bouquet, lo explica, añadiendo haber hecho uso de "una de sus nueve vidas" para elaborar un ramo de este tipo y que al final no se manchase nada.
La mora, además, es otra de esas frutas peculiares: puede ser un fruto o una baya dependiendo de si provienen de una morera o una zarza, y en general solamente son aptas para un día tan ajetrado como el de la boda cuando están muy poco maduras, es decir, son blancas o verdes. Su bonito color púrpura mejor reservarlo para un centro de mesa si queremos hacer uso de esta fruta en el día B.
Frutas del bosque que puedes usar en tu ramo de novia: arándanos azules y rojos, endrinas, frambuesas, fresas silvestres, escaramujo, grosellas o murta. Algunas de ellas son frutos y bayas, así que podrás encontrarlas bajo ambas categorías.
Bayas bonitas para el ramo: viburnum en color escarlata o naranja, las más grandes, o en azul oscuro las más pequeñitas. Combínalas con camomilas, ranúnculo o anémonas, frambuesa verde, dalias u orquídeas para conseguir un ramo de invierno, o con tonos complementarios, por ejemplo en amarillo, con rosas de jardín en este color. También la baya de saúco.