Hay una tendencia beauty relacionada con la boda que no se comenta tan a menudo como otras precisamente porque sucede después de dar el 'sí quiero': el corte de pelo postboda es algo habitual, que puede darse por varios motivos, aunque el primero y más común es simplemente el de sanear la melena, especialmente si nos hemos dejado el pelo algo más largo de lo normal para poder llevar un recogido. Aunque las extensiones ayuden, la mayoría de novias suele dejarse crecer el cabello entre 12 y seis meses previos a la ceremonia, con el repaso de puntas de rigor para que el pelo no se debilite en exceso, y tratamientos hidratantes que prevengan las puntas abiertas.
De ahí que la peluquería sea una de las primeras citas que se conciertan con el salón de belleza una vez se pasa por el altar. En ocasiones, y si la luna de miel es justo después de la boda (y más aún en un destino de luna de miel con playa, donde el cabello es más vulnerable a los daños producidos por los rayos del sol y el agua salada o el cloro), el corte se deja para después de la honeymoon, aunque puede darse el caso que metamos tijera a la melena previo embarque en el avión o crucero, precisamente para irnos de viaje con un look de verano.
La tendencia del corte postboda no está reservada a las novias 'de a pie': las celebs ejercen este mismo ritual. Cuatro semanas después de su boda, la estrella televisiva Lauren Conrad compartía una instantánea en redes sociales, dando tijeretazo (literalmente) a su melena y pasando de la cabellera en cascada y con ondas a un bob de largo midi. Hasta tres veces en un sólo mes pasó la it-girl por la peluquería después del 'sí quiero'. Otro ejemplo llamativo es el de Kaley Cuoco, que se casaba en la noche de Fin de Año con melena dorada suelta sobrepasando el largo de los hombros. Cuatro meses más tarde la actriz se pasaba al bob, y sólo unas semanas después, al pixie cut con mechas.
Just stopped by @kristin_ess' for my weekly chop 💇
Una foto publicada por Lauren Conrad (@laurenconrad) el
El color es precisamente otra de las piedras angulares de este nuevo beauty look tras la boda, aunque, como otros cambios de look radicales, a veces se relaciona con la necesidad de dar carpetazo a una etapa y empezar una nueva: si bien inolvidable, la cuenta atrás anterior a la ceremonia suele añadir grandes dosis de estrés a la vida diaria, con el añadido de tener que mantener un especial cuidado en no cambiar de aspecto (ni cambiar la coloración, ni cortarse flequillo ni cambiar la forma del corte), si nos atenemos al consejo de los expertos en belleza que sugieren que es mejor no someterse a ningún cambio radical previo a la boda para poder reconocernos una vez nos vistamos de blanco. Si llevas meses queriéndote cortar el pelo pero sin poder hacerlo, cuando llegue el momento es más probable que estés abierta a la idea de un corte radical que a un sencillo corte de puntas. Lo mismo sucede con el color.
Prepararse para tener el pelo largo en el día B es algo común, a menos que nuestro estilo personal esté muy marcado por la melena corta y no estemos dispuestas a cambiarlo, ni siquiera en favor de un recogido. Incluso si al final se opta por el pelo suelto, el pelo largo permite experimentar más durante las pruebas, y descartar estilos que no nos van.