El acto de adquirir una pieza de joyería con la que complementar el peinado de novia suele estar marcado por dos momentos: antes del diseño del mismo peinado, algo que lleva varias pruebas, a menudo sobre los resultados de pruebas anteriores, por lo que la pieza será la encargada de definir la altura del recogido o la cantidad de cabello suelto, las ondas y el peso del pelo (está es la opción más común si atesoramos en casa una joya familiar que queremos incorporar al vestido); o después, lo más habitual, una decision que suele hacerse cuando ya hemos decidido al menos si queremos llevar el cabello suelto en cascada, semirrecogido, liberando algo de peso en los laterales y en torno al rostro, o completamente elevado en un moño o una corona trenzada.
Las joyas de novia han cambiado con los años para adapatarse a las nuevas tendencias beauty, especialmente con el boom reciente de las novias que buscan looks naturales, con los que se sientan ellas mismas, como las ondas sueltas de aire messy, o las trenzas ligeramente deshechas, dejando aparcados de momento los peinados más tirantes o elaborados. Este tipo de peinados low-key, al ser algo más informales, funcionan bien con la joyería para el cabello, ya que unos y otras se complementan, equilibrando la sobriedad de la pieza con un tratamiento y estilo de cabello más relajado.
Tanto es así que entre las propuestas de las colecciones de accesorios para el pelo ya no encontramos únicamente tiaras o diademas, sino también broches y pasadores engastados con cristales y con metal visto, coronas con motivos vegetales en colores alternativos, como el oro envejecido o el bronce, diseños que combinan flores naturales con microperlas, diademas anchas con cristales tipo baguette, cadenas para el pelo de estilo hippie, peines con flores de cerámica y horquillas art-decó.
Algunos ejemplos de pasarela: el desfile de Marchesa con las colecciones de novia para 2016, en Nueva York, tiró la casa por la ventana (y acertó), con un look de novia con makeup de ojos en blanco en forma de cat-eye nupcial, y combinación de velo de tul + peines-joya con piedras oversize, sobre un moño bajo enroscado. En Barcelona, Pronovias también se saltaba la tradición de la tiara optando por peinar a sus modelos con un moño con microtrenza, siguiendo la raya del pelo, y espectaculares piezas de joyería con cientos de cristales engastados a mano, formando diseños vegetales sobre el cabello de las novias. Las piezas se colocan de manera asimétrica, a un lado del cabello, y con una estética envolvente, muy diferente a la de la tiara convencional.
Con tanta varieadad es fácil perderse entre tipos de accesorios y dar con la manera de complementar el cabello de la manera más natural posible. Un buen truco es elegir la pieza en función del ángulo, tanto en el que irá colocada, como en el que resultará más visible desde fuera. Una melena suelta con una barra de cristales recogida sobre la oreja, como la que vimos durante el desfile de Bora Aksu con coleta lateral, ofrece un solo ángulo frontal, mientras que una corona con detalles geométricos se verá sobre todo por delante, pero también por detrás, dependiendo de lo elevado que sea el peinado o la inclinación de la tiara. Piensa cómo colocarás la pieza sobre el cabello, y procura sacar fotografías desde todos los ángulos, hasta dar con un diseño que funcione lo mires por donde lo mires. Recuerda que la posición de la pieza que acompaña al velo -que normalmente desaparece tras la ceremonia, y cede todo el protagonismo a la joya-, es clave para verte bien con y sin velo, y también para sentirte cómoda al cien por cien. Hace muy poco Margherita Missoni desvelaba en una entrevista que precisamente el lugar y la forma en que colocó la tiara encargada de sujetr el velo fue la única cosa que cambiaría de su look de novia.
Al adquirir la pieza, también es importante tener presente que los accesorios para el cabello son flexibles por naturaleza, especialmente peines y horquillas. Es decir: no hay una manera única de colocarlos. Una pieza de joyería colocada cerca del rostro puede servir para conseguir un acabado más Hollywood, pero al mismo tiempo puede restarle protagonismo a los pendientes. Elige a qué quieres darle mayor importancia, intentado mantenerte dentro de la misma gama de metales -que los pendientes o pulsera no choquen con el metal en que esté engastada la diadema-, y también teniendo en cuenta la pedrería y el fondo de color de tu vestido: dorados + marfiles, o platino + blanco puro suelen ser fórmulas que combinan bien. Y no dudes en jugar con el emplazamiento de los accesorios; un broche-joya puede colocarse lo mismo a la altura de la sien, que detrás, enmarcando un lateral del peinado, o incluso por debajo, si eliges un tipo de recogido que levante todo el pelo y despeje la nuca.
Algunas tendencias que hemos 'cazado' esta temporada: la diadema de estilo años 20, en torno a la frente, siguiendo la estela de mademoiselle Coco Chanel, así como las piezas que cambian las flores por estrellas -por algo los diseños 'cósmicos' están in este otoño-, además de las cadenas finísimas de aire seventies que se prolongan hasta la espalda, o se combinan con un collar trasero. Las diademas finitas te permiten reutilizarlas después del día 'B', y sentirte como una novia el resto del año. Los recogidos messy con horquillas también están viviendo su particular revival. Y las diademas traseras con flores lacadas combinadas con flores naturales prendidas del pelo.