Lisboa es el destino de luna de miel preferido por los lectores de hola.com, y a la capital portuguesa no le faltan motivos para ello: abierta al Atlántico, con multitud de escenarios inolvidables, rincones pintorescos, tradición, cultura y una gastromía únicas, esta pequeña joya europea es uno de los muchos destinos city que pueden conquistar el corazón de quienes rehuyan unas vacaciones postboda en la playa en favor de unas de ciudad. Otras ocasiones, sin embargo, la decisión no está tan clara: ¿cómo elegimos la luna de miel cuando no sabemos dónde ir? Estas son las cuatro claves para dar con el destino perfecto.
1. LISTA DE DESTINOS 'YOU & I'
Haced dos listados con lo que esperáis cada uno de unas vacaciones mágicas, y buscad puntos en común. Intentad que incluyan categorías muy generales, como 'destino con playa o ciudad' o 'destino aventura', 'experiencias únicas', 'vaciones románticas', 'hotel de lujo', backpacking... Es muy posible que ya conozcáis los gustos el uno del otro de antemano, así que, una vez hayáis establecido vuestras prioridades, podreís reducir el círculo de destinos que cumplan la mayoría de requisitos. Sobre esa lista definitva, añadid destinos reales, con nombre propio, y una tercera fila con los precios estimados de cada viaje: así podríes descartar desde el primer momento qué viajes entrarían dentro de lo que os podéis permitir y cuáles quedarían fuera de los límites del presupuesto de la boda.
2. NOVIOS 2.0
Las agencias de viajes suelen dar un asesoramiento personalizado a los novios, así que acudir con una lista de deseos elaborada de antemano puede dar buenos resultados a la hora de dar con el destino ideal. Sin embargo, hoy en día la gran mayoría de novios utilizan apps y redes sociales como Pinterest para inspirarse y recabar información acerca de cada diminuto aspecto de la boda. Esto también incluye al viaje de luna de miel. Si sois partidarios del do-it-yourself, o simplemente queréis acudir a la agencia con la lección aprendida, algunas páginas y aplicaciones sirven en bandeja la preparación de una honeymoon de ensueño, sobre todo si ya habéis competado el paso anterior: en Travelmuse, por ejemplo, ofrecen ideas para irse de viaje a diferentes partes del mundo con sólo rellenar un formulario con preferencias 'viajeras', que incluye desde temática y actividades para hacer durante el viaje (museos, playa, arquitectura, compras, spa, aventura...), a destinos agrupados por límites continentales; Utrip, por su parte, reúne itineriarios elaborados por expertos locales de ciudades de todo el mundo, y sus algoritmos son capaces de elaborar una lista de hoteles y restaurantes en función de nuestras preferencias una vez escogido el viaje; Skyscanner es un motor de búsqueda de vuelos que compara los precios más baratos de una misma ruta entre cientos de compañías; y TripIt ayuda a organiar metódicamente cada paso del viaje, administrando directamente desde nuestro smartphone todas las reservas de hotel, billetes y restaurantes.
3. ¿LLUVIA, NIEVE O SOL?
Si tenemos un destino fijado en la mente, es fundamental comprobar que las fechas de las vacaciones no coinciden con el monzón, o por el contrario con una posible ola de calor. Tampoco en invierno, si queremos viajar al Hemisferio Sur en agosto y no buscamos un destino 'blanco'. Esta regla se puede aplicar a la inversa cuando el viaje no está claro: si las vacaciones están más o menos cerradas dentro de nuestro calendario laboral, se puede reducir el círculo de posibilidades buscando destinos con un clima acorde a nuestras expectativas. La longitud de las vacaciones también influye en el destino de la honeymoon: si solamente disponemos de siete días, mejor elegir un lugar en un radio inferior a las ocho horas en avión, a poder ser con vuelo directo.
4. 'MIX & MATCH'
La staycation es un tipo de vacaciones muy popular en Estados Unidos y consiste precisamente en eso: en quedarse ('stay', en inglés), en casa. Aplicado a la luna de miel no implica necesariamente pasar las vacaciones en la piscina municipal, sino en considerar un destino local que revierta directamente en el impacto del viaje en nuestra cartera -cuanto más cerca, menor gasto en transporte, y más por ejemplo en un hotel de lujo-, o mejor aún, en hacer un mix & match: pasando la mitad de las vacaciones en un destino, y la otra mitad en otro. Un ejemplo: si la fecha de inicio de la luna de miel es el día inmediatamente posterior a la boda, como antiguamente, mejor optar por un destino a la vuelta de la esquina primero, como un spa o un hotel boutique, para evitar meterse en un avión con una mezcla de 'resaca' y 'subidón' postboda. Mejor descansar un par de días en un destino local, y volar más adelante a otro lugar de vacaciones diferente.