De entre las muchas formas de personalizar una boda, una de las que más suele llamar la atención de los invitados es el momento de sentarse a la mesa, especialmente si, antes o después, organizamos un servicio de coctelería que destaque, ya sea por su estilo, sabores exóticos o colores. Las fiestas summer, celebradas en pleno verano, a última hora de la tarde cuando el sol comienza a ponerse y la temperatura desciende ligeramente, son perfectas para servir estas catas a modo de refrescante paréntesis, tanto en la recepción, con cócteles ligeros con sabor a celebración (como por ejemplo un cava rosado muy suave), como después de la comida o cena, como acompañamiento de la barra libre. Te proponemos cinco ideas para ponerle sabor (y color) a tu boda de verano.
LOS CLÁSICOS. Renovados con recetas que añadan una paleta de colores veraniegos, y combinaciones refrescantes, con fondo a medio camino entre los sabores muy dulces -a veces en verano este tipo de cócteles son demasiado empalagosos-, y los amargos. En este terreno triunfan los cócteles con sabores frutales. Un ejemplo: la caipiriña, cuyo ingriediente principal es la cachaça, uno de los combinados clásicos venidos de Brasil, que se puede renovar sustituyendo este licor por vodka.
La caipiroska, que así se llama esta variante, combina azucar moreno con zumo de lima recién exprimida y hielo picado prácticamente hasta el borde del vaso, y sus modalidades summer apuestan por incluir, además, otros ingredientes igual de refrescantes, como el zumo de las semillas de granada, maracuyá o fresas. Lo mismo sucede con las margaritas y mojitos de sandía, con zumo de sandía, ron blanco, azúcar moreno y hierbabuena, el mojito de melocotón, o los mojitos de pomelo y menta.
CHAMPÁN Y CAVA. Se pueden servir con el aperitivo, o después de la comida, a modeo de celebración. La versatilidad del champán y el cava se traslada también a la manera de servirlo: en una copa pompadour o en una copa flauta, o bien en minibotellas individuales, como las 'mini' Anna de Codorniu Blanc de Blancs, con una capacidad de 200 ml. por botella, y presentadas en un impoluto color blanco, cien por cien bridal.
Los cócteles de cava a media tarde son más ligeros y golsoso, elaborados quizás con un cava rosado, como el cóctel de sandía y cava, o el Bellini, un cóctel de origen italiano -de ahí que lleve el mismo nombre que el pintor renacentista-, que lleva base de melocotón natural, licor de melocotón y lima, y que tradicionalmente se elabora con vino prosecco, aunque éste se puede sustituir por cava.
BEBIDAS DEL MUNDO. Siguiendo con las bebidas del mundo, Carlos Ramírez, coctelero de Folie, propone este verano las bebidas con las que viajar a diferentes destinos del mundo sin movernos del sitio. El verano es el momento perfecto para realizar estos descubrimientos gastronómicos fuera de nuestras fronteras, especialmente si organizamos una summer party de boda. Algunos destinos propuestos por este experto en el arte de mezclar combinados: la Borgoña Francesa, a la que es posible viajar a través del paladar con el cóctel Kir Royal. "Es uno de los cócteles más elegantes y clásicos, y es ideal como aperitivo inicial en recepciones y comidas. Se prepara con champán, por lo que se debe tomar muy frío, junto con crema de cassis”. También los viajes a Oriente Medio, con el Mint Julep, una palabra que proviene del árabe 'yulleb', y ésta a la vez, deriva del persa 'gulab', "que significa agua de rosas”. En los países del Mediterráneo, se suelen reemplazar los pétalos de rosa por hojas de menta y whisky Bourbon, aunque siempre puedes mantenerte fiel a la receta original.
La última parada: Londres, un destino en el que triunfan tanto el Pimm's, un licor de vernao que vuelve locos a los británicos y que tiene varias bases (la más popular es la de ginebra, aunque también se comercializa con whisky, ron, brandy o vodka), y se mezcla con piezas de frutas frescas, menta, pepino y limonada. O, como propone Ramírez, el cóctel Bramble, creado en la década de los 80 por el legendario barman británico Dick Bradsell del Fred's Bar del barrio londinense de Soho. "Para elaborar esta bebida, necesitamos ginebra, lima, moras y azúcar, en un vaso bajo con hielo picado. Además, se puede adornar usando frutos rojos y limón", explica Carlos Ramírez.
LOS SMOOTHIES SIN ALCOHOL. Súper refrescantes y perfectos si queremos servir una bebida con 'plus', que sea algo más nutritiva que un cóctel tradicional. Refrescantes como un helado, llenos de sabor, color y vitaminas, esta receta es básica en las fiestas veraniegas, ya que permite tomar una bebida sin alcohol, algo especialmente importante en la sección 'mini' de los invitados a la boda: los niños te agradecerán que pienses en ellos, sirviéndoles las mismas bebidas de colores que a los mayores. Opta por combinaciones tropicales, con base de mango, fresa, piña o naranja, o con recetas con una nota de leche, para hacerlo más cremoso. Recuerda que es posible que alguno de los niños tenga intolerancia a la lactosa, así que se puede sustituir el lácteo por leche de soja o coco.
CÓCTELES CON LAVANDA. No hay nada que huela (y sepa) más a verano que la lavanda: las ramitas de lavanda dan un precioso color malva a cualquier bebida y son el perfecto acento summer para una selección de bebidas de boda. Puedes usarlas simplemente como elemento decorativo (como la menta), en un vaso de champán o cava, o con vodka, con un toque de esencia de lavanda y limón, o añadirlas a una receta más clásica como un gin-tonic -hay de hecho ginebras de sabor muy mediterráneo, que ya incorporan aroma a lavanda y tomillo-, o un whisky-sour, con Bourbon, zumo de limón, azúcar y una cereza.