Las flores, sean de la especie que sean, son delicadas y requieren de un mimo especial. Por eso, cuando elegimos una fecha de boda que coincide de lleno con una ola de calor -una de las pocas desventajas de casarse en verano en lugar de hacerlo durante la temporada baja de bodas-, la tempertaura y cómo afectará a nuestro ramo de peonías o nuestro centro de calas, es una de las primeras preocupaciones de novios y floristas. ¿Qué hacemos con la decoración floral y con el bouquet de la novia cuando el calor ataca por sorpresa?
"Toda flor cortada sufre con el calor", nos explican desde Pensacola Red, un taller especializado en flor cortada y decoración floral con sede en la calle Serrano, en Madrid. Cuando las temperaturas suben hasta el infinito, hay que estar especialmente pendientes de cambiarles el agua menudo, y llevar un precisión milímetrica con el largo del tallo, para que la flor se mantenga bien hidratada. "Se puede emplear un vaporizador en el exterior, o incluso sumergiendo la cabeza en agua, dependiendo del tipo de flor que sea"; por ejemplo: las hortensias o las rosas pueden manejarse así. El largo del tallo es conveniente que no sea muy largo, para que el recorrido del agua desde el vaso hasta la cabeza sea más corto, y a la flor le resulte más fácil mantenerse hidratada. "Las flores cortadas suelen llevar un pequeño corte al final", nos explican desde este atelier floral. "Esta 'herida' cicatriza rápido, así que cuando hace mucho calor, hay que revisarla más a menudo para que la flor pueda beber".
Esta necesidad de mantener hidratadas las flores que se utilizan tanto en la decoración como en el bouquet de la novia cambia dependiendo del tipo de flor que hayamos escogido. "Es conveniente que, en ésta época del año, las flores elegidas por la pareja no sean excesivamente delicadas. Cuando unos novios piden un diseño más complicado, hay que explicarles que el calor no permite hacer ciertas cosas, como por ejemplo, usar flores con tendencia a deshidratarse rápidamente. Hay que intentar dar con flores o formatos que aguanten más". Alguno de de estos formatos 'imposibles', o muy difíciles de conseguir cuando las temperaturas se disparan, serían por ejemplo los ramos de tallo muy largo, los centros pinchados en esponja o el clásico ramo con caída (un favorito de las bodas de la realeza, pero que lleva tiempo en desuso en España en favor del bouquet redondo y otras composiciones más modernas). "El ramo con caída lleva un alambrado en el interior, que debe construirse con tiempo, e impide que la flor pueda estar bebiendo agua hasta el último minuto. En estos casos, es mejor contar con ramos de tallos vistos, que puedan estar en un jarrón con agua hasta el final."
La composición de la pieza, tanto si es un centro como un altar o un ramo de novia, también puede variar durante los meses de mucho calor. De hecho, es aconsejable que así sea para evitarnos disgustos de última hora. "Un truco para evitar estos problemas es hacer composiciones con mucho verde, que lleven mejor el calor en estos días, y que además permitan jugar con diferentes texturas". También se pueden introducir otros elementos decorativos que no se secan tan fácilmente, así como flores más resistentes. "La lavanda, por ejemplo, o la matricaria o manzanilla, dan ese aire a campo en verano, y son ideales para resistir el calor estos meses. El problema es que este tipo de decoración tiene un estilo muy concreto, y no siempre encaja con el de la boda".
De hecho, a la hora de hablar de flores y verano, es aconsejable tener guardado en el cajón un plan B con nuestro florista, por si ataca una ola de calor. El timing también es clave. "Las flores en verano tiene que ser lo más frescas posible. Esto implica organizar la compra de toda la semana con un planning en mente, dependiendo de los eventos que se vayan a organizar", nos explican. "Si por ejemplo se adquieren ejemplares nuevos tres veces a la semana, hay que procurar que cada una de esas adquisiciones esté lo más cercana al evento correspondiente, para que el corte de la flor sea reciente". En verano toca acortar los tiempos: "en una fecha corriente, la decoración para una ceremonia que se celebre un sábado se puede comenzar a organizar el jueves. En una ola de calor, tenemos que esperar hasta la noche anterior, la del viernes".
También en el mismo día de la boda es importante que el tiempo esté lo mejor cronometrado posible, manteniendo las flores en una cámara frigorífica a una temperatura constante de 9 o 10º, y entregando el bouquet por la mañana, mientras la novia ultima sus preparativos. Si la ceremonia se celebra lejos, en una destination wedding, pero el ramo se encarga en el lugar de residencia, son los propios novios los encargados de llevarse el bouquet a casa con antelación, eso sí, con instrucciones claras sobre cómo mantenerlo intacto. En estos casos, también es aconsejable cerciorase del clima del lugar que hayamos elegido con algo de antelación, e intentar adquirir flores locales y de temporada, que estén más preparadas para aguantar el calor en ese lugar concreto.
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