Romanticismo y emoción en Tahití y sus islas
De los montes volcánicos a la galaxia de atolones, las islas ofrecen un mundo perfecto de romanticismo entre bosques tropicales, lagunas, playas desiertas y arrecifes. Sus centros de Spa son verdaderos gozos a los que sucumbir en pareja, una experiencia placentera que puede completarse con una romántica cena de pescado fresco y marisco bajo la luz de las velas.
Para conocer dos caras opuestas y fascinantes del destino se recomienda visitar las islas de origen volcánico del Archipiélago de la Sociedad, con las míticas Tahití, Moorea y Bora Bora; y hacer una extensión a los atolones coralinos del archipiélago de las Tuamotu, que son un mundo aparte a nuestro ojo occidental por sus paisajes vírgenes, hileras de cocoteros únicamente mecidos por la brisa, y una voz que susurra: "¡Maeva, bienvenidos al paraíso!"
Bora Bora es otra isla imprescindible. Conocida como “la isla del amor”, su sensualidad se desprende de los cromatismos irreales que decoran cada rincón, y también de la exclusiva hotelería. Los bungalows sobre el agua son un refugio de intimidad desde donde contemplar el entorno y su riqueza natural, con exclusivas placas de vidrio que permiten ver el fondo marino desde la cama. También se organizan excursiones para ver –y sentir- sus especies marinas, como las inofensivas y cariñosas mantas rayas en una jornada nadando en la laguna junto a ellas.
Un lujo a compartir entre dos son los tratamientos de Spa típicamente tahitianos. El baño de flores frescas para dos es un clásico, seguido por un scrub de pulpa de coco y un masaje con el famoso aceite de monoi. Además, los centros de wellness y Spa suelen tener ubicaciones de ensueño, entre exuberantes jardines tropicales cubiertos con hibiscos y palmeras, y vistas al mar. Unos mimos que las celebrities que visitan las islas conocen muy bien, y que acompañan con un tratamiento de polvo de perla negra originaria de Tahití para dejar la piel como la seda.
Más información: Oficina de Turismo de Tahití y sus islas.