Las tendencias inesperadas que han arrasado en unos meses atípicos

Dicen que cuando hacemos resoluciones de año nuevo, siempre debemos tener en cuenta posibles obstáculos que se nos puedan atravesar. Sin embargo, ni nuestras predicciones más pesimistas podían anticipar lo que hemos vivido en los últimos meses. Está claro que no somos los mismos que hace un año, y con ello también me refiero a nuestra manera de comprar y de relacionarnos con nuestro cuerpo. Nuevos paradigmas estéticos han irrumpido en la industria de la moda, en respuesta al coportamiento de unos consumidores que ahora buscan extremo confort, protección ante todo y soñar con tiempos mejores. Hagamos un repaso de las tendencias inesperadas que definieron la moda en este atípico 2020. 

Nos reconciliamos con el chándal

Hemos pasado casi la mitad del año en casa, con salidas limitadas o ninguna en lo absoluto, por lo que, como era lógico, pasar el día en vaqueros no resultaba demasiado viable. Nuestro vestuario hizo la transición hacia piezas de athleisure justo cuando se pronosticaba el fin de esta tendencia. En abril, crecieron un 123% las búsquedas globales de pantalones joggers, en relación con la misma fecha el año pasado, mientras que las búsquedas de pantalones chándal subieron hasta 104% mes a mes, según el reporte anual de la consultora Lyst.

¿Fantasía o pesadilla? Han vuelto los leggings

Ante el postergado adiós al pantalón pitillo y a la moda sport, los leggings han revivido en forma de venganza. Esta crónica de una muerte anunciada se vio interrumpida por factores de peso como nuestra nostalgia por las estéticas de principios de siglo (cuando todo parecía más sencillo), las ganas de estar cómodas en casa y la versatilidad de esta prenda elástica, que puede transformarse de pieza insignia para el gym en complemento básico de un estilismo de diario. De hecho, Chanel confirmó en su presentación Métiers d'art que este año entrante nos adentraremos de lleno en estilismos 'dosmileros', en los que el legging será  protagonista. 

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Cottagecore

Si este 2020 te inclinaste por los cárdigan kitsch que tanto gustan a las francesas, las blusas con mangas abullonadas y los estampados florales, no estás sola. En un año donde vivir en la ciudad solo se traducía a estrictos confinamientos, huir al campo se convirtió en la utopía más pensada. Nos volvimos más soñadoras y románticas, poniendo en valor la moda rústica, vintage y artesanal.

Midriff flossing

A veces, los detalles más sencillos pueden convertirse en los hitos de moda de la temporada. De esta manera, unas simples tiras envueltas estratégicamente alrededor del torso, para realzar curvas y afinar cintura, pueden ser el añadido ideal para los bañadores y vestidos de verano. Esta técnica súper sexy, que nos acompañó con la llegada del clima cálido, lleva el nombre de midriff flossing y ya causaba furor a finales de los noventas, cuando mostrar piel era casi un imperativo y no una preferencia. 

Prendas acolchadas, como una almohada

 Buscamos el efecto edredón fuera de casa. Moncler, Jacquemus, Boss... numerosas firmas de lujo predijeron la puesta en tendencia del plumífero en diseños reinventados: oversize, largos, cortos, metalizados o estampados. Sin embargo, no pensábamos que esta infravalorada pieza de origen deportivo llamaría la atención (finalmente) de fashionistas y expertas. Al abrigo de plumas se sumó la chaqueta acolchada o quilted, de Fendi, replicada después por Zara, y numerosos modelos de bolsos que imitaban la mullida textura de una almohada.

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Los cuellos de nuestras camisas

El denominador común de las tendencias protagonistas de la temporada primavera-verano fue el romanticismo, que inundó de sopetón las redes sociales con imágenes que daban pistas sobre el sofisticado estilo que adornaría nuestras camisas toda la temporada: solapas en formato grande, volantes, lazos y detalles de encaje. El maximalismo de nuestros vestidos estuvo presente en las blusas pussybow, victorianas o de cuello bobo que complementaron nuestros vaqueros, sustituyendo a la clásica camisa blanca. 

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Hombreras exageradas

Han sido el leitmotiv de las chaquetas de temporada, haciendo presencia fuerte en los desfiles de Balmain, Louis Vuitton e Isabel Marant. Los hombros marcados de los años ochenta están destronando a las siluetas slim, del mismo modo que nuesras blusas se suscriben al afán por las mangas abullonadas. 

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Lencería expuesta y mucho BDSM

Es sencillo, evidentemente, encontrar la lógica detrás de nuestra reciente obsesión por la indumentaria deportiva y las sudaderas anchas. Algo más complicado es, sin embargo, entender el éxito de los corsés como sustitutos del top y del arnés como nuevo cinturón. Alexander McQueen, Anne Demeulemeester, Dion Lee, Junya Watanabe, entre otros, se inclinaron por estos complementos restrictivos de connotación erótica tanto en colecciones masculinas como femeninas y las influencers no tardaron en incorporarlos a sus looks cotidianos de básicos. 

El uniforme de colegio 

Ya algunos de los desfiles para la temporada otoño-invierno 2020 (véase Prada y Dior) habían anticipado esta tendencia para un panorama sans Covid, así que quizá, al adoptar las faldas plisadas de cuadros, los chalecos y los mocasines, estábamos simplemente siguiendo el curso natural de la moda. No obstante, muchas sostienen que fueron esos maratones de Gossip Girl durante el confinamiento los que nos dieron ese último empujón para adoptar esta tendencia. 

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Casi vuelve el tiro bajo

No, esto no fue un mal sueño. Quizá la última vez que pensamos en llevar unos pantalones low rise antes de este año fue a principios de siglo (que suena como a una eternidad) porque, desde entonces, el tiro solo ha subido y subido. Este verano, las supermodelos intentaron a toda costa fijar una tendencia que, quizá por evidentes razones, no ha prosperado como se esperaba. 

Ítems de supervivencia

A medida que fuimos embarcándonos en una desescalada confusa, las mascarillas se volvieron nuestro día a día y aprovechamos la ocasión para haceros con prendas de moda confeccionadas con materiales resistentes a la intemperie y al tiempo, en diseños utilitarios y funcionales: cazadoras de efecto cuero, combat boots, botines de suela track, riñoneras, botas de agua y abrigos y complementos en nailon y otros tejidos impermeables. La adquisición de ítems de estilo apocalíptico, inspirado en distopías como Mad Max y Matrix, deja poco lugar para la duda. Queremos protegernos de lo desconocido (y de lo conocido), ahora más que nunca.