En los años 90, con aquellas figuras femeninas atléticas y espigadas propias de las supermodelos de verdad (el dream team de Versace con Cindy Crawford, Claudia Schiffer o Naomi Campbell a la cabeza) nada hacía presagiar que la industria de la moda tomaría dos caminos enfrentados por dos cánones. El que reclama la sociedad -con modelos curvilíneas y activistas contra la imposición de tallas- vs los cuerpos espigados y andróginos que tanto gustan a los diseñadores que desfilan en las capitales internacionales. La era anterior a la familia Kardashian cumplía con unos requisitos muy claros en cuanto a aspecto físico: curvas moderadas rondando el célebre 90-60-90. Sin embargo, las siluetas curvilíneas de las hermanas más mediáticas de la televisión solo han hecho confirmar que en la era de Instagram la figura de reloj de arena tiene mucho potencial.
Es tan irrefrenable la irrupción de las curvas que Kylie Jenner o Kim Kardashian se han convertido en las otras maniquís demostrando que no hay barreras. Para muestra, los looks de la nueva temporada que han lucido como la otra versión de las pasarelas.
Kylie Jenner de Mach & Mach
La Semana de la Moda de Tiflis hizo que Kylie Jenner se enamorara del conjunto formado por blazer más pantalón semitransparente de la firma georgiana. Para una cena por Nueva York la magnate del maquillaje sacó del armario la elegante combinación que llamaba la atención sobre su escote gracias a la forma de 'V'.