Con falda capeada de volantes con colores en escalera que van del amarillo al morado pasando por el rosa, el fucsia o el rojo. Con este diseño imponente, que guarda muchos rasgos en común con otros vestidos largos con los que la hemos visto (los volantes, los plisados, las manguitas al codo), Carlota hizo acto de presencia en la gala MET de 2016 subrayando dos tendencias que han arrasaron ese año: el amarillo como nuevo neutro, un color que se utiliza para resaltar aquellos con los que va combinado, y la tendencia arcoíris.
Aunque su estilo street sea siempre discreto y elegante, la hija mediana de Carolina de Mónaco sabe perfectamente cómo sacarle partido a los colores vibrantes, especialmente cuando se viste de gala y también en su maquillaje, especialmente en el color de los labios.