Llevarse las joyas a la playa al más puro estilo Ángel de Victoria's Secret no es una misión imposible, aunque sí hay que tener en cuenta varias cosas si tienes pensado meter el joyero en la maleta estas vacaciones y hacer uso de tu mejor statement necklace a orillas del mar.
Lo primero de todo es elegir con cuidado los materiales: no es lo mismo joyería que bisutería; las joyas de verdad, cuanto más duros y resistentes sean los metales y piedras (por ejemplo, oro amarillo con diamantes), tienden a resistir mejor frente al efecto corrosivo de la arena y la sal del mar (que no sólo está en el agua sino también en el aire: de ahí las ondas surferas que aparecen en el cabello aunque no hayas metido un pie en el agua), que otros metales blandos, como el latón y el cobre, además de algunas de sus aleaciones como el oro rosa, y las piedras porosas pero de carácter playero como las turquesas. Lo mismo si toca elegir entre una pieza de metal macizo o una bañada en oro: las primeras siempre resistirán mejor los arañazos de la arena que las segundas.
Sin embargo, la idea de perder una joya valiosa o con valor sentimental, como un anillo de compromiso, suele hacer que muchas veces nos decantemos por piezas low-cost durante las vacaciones, especialmente si hay que debatirse entre dejar las joyas en la toalla, o llevárnoslas con nosotras al agua...
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