Millennials and Gen Z will opt for oversized opulence, shopping for styles that match their ‘fluffy hair’ aesthetic. Sculptural jewellery and larger-than-life accessories will be on everyone’s minds—and wish lists.
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In 2024, we will take a bow. Millennials and Gen Z will embrace the art of ‘bow stacking’ as they adorn their outfits, shoes, hair and jewellery with this oh-so-delicate detail. Bow large or bow small, next year brings bows for all.
Las decenas de microtendencias que día a día acumulan seguidoras en redes sociales pueden complicarnos el trabajo al momento de predecir qué estilos realmente permanecerán en nuestro armarios después de unos meses y cuáles, por el contrario, se esfumarán tan rápido como aparecieron. Sin embargo, un indicativo de la vigencia que puede llegar a tener cualquier tendencia es la capacidad de adaptarla a tu armario sin importar el paso del tiempo. En el mes de enero, tanto la belleza 'clean' como la moda minimalista -dos elementos que van de la mano por su secillez- decrecieron en popularidad una media de 16% al día, de acuerdo con un estudio realizado por databutmakeitfashion. ¿Pasaremos al maximalismo?
Las decenas de microtendencias que, día a día, acumulan seguidoras en redes sociales pueden complicarnos el trabajo al momento de predecir qué estilos realmente permanecerán en nuestro armarios después de unos meses y cuáles, por el contrario, se esfumarán tan rápido como aparecieron. Sin embargo, un indicativo de la vigencia que puede llegar a tener cualquier tendencia es la capacidad de adaptarla a tu armario sin importar el paso del tiempo. De ahí, que el último grito en cuanto a accesorios, haya triunfado también hace cuarenta años, de la mano delas royals más estilosas.
En el mes de enero, la belleza 'clean' y la moda minimalista -dos elementos que van de la mano por su sencillez- decrecieron en popularidad una media de 16% al día, de acuerdo con un estudio realizado por databutmakeitfashion. Está confirmado: nos hemos pasado al maximalismo de los 80.
Vuelven las joyas de los 80
Todo indica que tanto el oro amarillo como los eslabones, los lazos en formato XL y las perlas se apropiarán de nuestra sección de complementos. Con todo ello, daremos una apariencia Old Money a nuestros looks que recordará a la siempre elegante Carolina de Mónaco, representante principal de estas tendencias en los 80.
Botones de perlas
Pendientes rosetas en oro amarillo con perlas y brillantes, de Joyas Antiguas Sardinero (1.950 euros).
Te recomendamos
Un anillo potente
Anillo de Plata de Ley con espectacular piedra semipreciosa de piedra luna en el centro, de Eleonor de Casanovas (69 euros).
Eslabones dorados
Collar Nefertiti Bulky de inspiración egipcia con baño en oro 18 quilates e incrustaciones de piedras preciosas, de Apodemia (149 euros).
Amor por las perlas
El refinamiento que aporta un collar de perlas conoce pocos rivales, puesto que las mujeres más estilosas de la historia reciente han hecho de este un símbolo identidad personal, desde Coco Chanel hasta la princesa Diana de Gales. En los 80, esta última incorporó perlas a casi todos sus looks.
Choker de perlas
Gargantilla de tres filas de perlas de 6 milímetros y plata Hold, de Arena Roja (119 euros).
Pendientes colgantes
La filosofía del "más es más" se extiende a su vez al largo de los pendientes. Las sucesiones de piedras preciosas, perlas o flores realizadas en oro amarillo no estarán reservadas para ocasiones especiales únicamente. Buscamos incorporar este derroche de lujo al día a día, así que no dudes en amortizar esos complementos que compraste para tu último look de invitada y no volviste a llevar.
Art déco
Pendientes de plata bañada en oro 18 quilates y decorados con cristales de fabricación europea, de MdePaulet (270 euros).
Piedras de colores
Pendientes largos de cristales Fiocchi color champán, de Cashfana (60 euros).
Geometría
En la década de los 80, del mismo modo que se expandían las siluetas de la ropa por medio de relieves u hombreras hiperbólicas, los accesorios también pasaron por un proceso de experimentación en el que se les trató como auténticas esculturas, dotándolos de formas geométricas innovadoras.
Como Carolina de Mónaco
Pendientes Mirage en plata de primera ley con baño de rodio y chapado en oro amarillo de 18 quilates y circonitas blancas, de Marina García (155 euros).