Barbie no es el único blockbuster que llegará a los cines esta semana: el aclamado director Christopher Nolan regresa a la gran pantalla con Oppenheimer, un ambicioso filme que sigue la vida de J. Robert Oppenheimer, creador de armamento nuclear durante la II Guerra Mundial. En esta historia,Florence Pugh encarna a Jean Tatlock, amante de Oppenheimer y psiquiatra miembro del partido comunista, un nuevo reto para la estrella de 27 años que continúa arrasando en taquilla tras protagonizar Dune y Don't Worry Darling. ¿Pero por qué este estreno es diferente del resto? La actriz se ha sometido un radical cambio de imagen que tiene algo que ver con su último papel y es todo un mensaje para Hollywood.
Barbie no es el único blockbuster que llegará a los cines esta semana: el aclamado director Christopher Nolan regresa a la gran pantalla con Oppenheimer, un ambicioso filme que sigue la vida de J. Robert Oppenheimer, creador de armamento nuclear durante la II Guerra Mundial. En esta historia,Florence Pugh encarna a Jean Tatlock, amante de Oppenheimer y psiquiatra miembro del partido comunista, un nuevo reto para la estrella de 27 años que continúa arrasando en taquilla tras protagonizar Dune y Don't Worry Darling. ¿Pero por qué este estreno es diferente del resto? La actriz se ha sometido un radical cambio de imagen que tiene algo que ver con su último papel y es todo un mensaje para Hollywood.
El estreno estadounidense del filme de Christopher Nolan estuvo marcado por el fogoso look de una de sus protagonistas. Florence optó por este pomposo vestido realizado en tafetán rojo escarlata, a juego con el photocall, con profundo escote halter, aberturas laterales y la espalda completamente al desnudo. Es una creación de la colección Alta Costura Otoño/Invierno 2023 de Valentino.
Pugh nos tenía acostumbradas a su cabellera rubia, pero la gira promocional de Oppenheimer lo cambió todo después de que la actriz decidiese raparse la cabeza para ostentar un look mucho más cañero, con tinte degradado en tonos cálidos. Para reforzar esta imagen, añadió unos piercings de diamantes, de Tiffany & Co.
Llegada a Londres, la actriz cambió los diseños artesanales que tanto le gustan por una imagen renovada, fiel a su potente look de belleza. Se trata de un vestido sastre de corte 'mini' hecho con tejido vaquero, de Moschino Jeans, que contrastó con elegantes salones blancos con hebilla de cristales, de Amina Muaddi.
Florence sabe cómo transicionar de las creaciones de Alta Costura para la alfombra roja a este tipo de estilismos roqueros en sus presentaciones de prensa, aunque ha admitido en varias ocasiones que no suele arreglarse demasiado en su día a día. A su vestidito vaquero de inspiración sastre, sumó unas minigafas polarizadas con los mismos piercings de Tiffany & Co.
Mientras ambas actrices posaban para las cámaras, Pugh salvó de un imprevisto a Emily Blunt después de que la americana de su traje metalizado, de Dolce & Gabbana, se abriera repentinamente de cara a los fotógrafos, lo que provocó que la intérprete de Mujercitas reaccionara -entre risas- cubriendo el pecho de su coprotagonista con ambas manos.
Su giro estético está propiciado por una de las grandes casas del lujo, Valentino, que firma casi todas sus apariciones de alfombra roja desde el pasado año, cuando dio el pistoletazo de salida a su sonada gira de prensa para Don't Worry Darling. Florence desarrolló progresivamente una adicción por los vestidos vaporosos de transparencias o dotados con aberturas inesperadas, cortesía de la firma romana. Aquí la vemos fuera del castillo francés en el que se celebró el desfile Alta Costura Otoño/Invierno 2023-2024.
Mientras que otras invitadas al evento sorprendieron por sus looks de alta costura en honor a Karl Lagerfeld, Pugh ocupó titulares por su cabeza rapada. El estilismo contrastaba con su femenino diseño de escote mariposa con gran lazo negro de tul, diseñado por Pierpaolo Piccioli (director creativo de Valentino), que remató con un tocado altísimo de espigas con puntas de plumas negras.
En una reciente entrevista a Radio Times, Florence confesó que se rapó la cabeza para recobrar el control sobre su imagen después de unos años inmersa en el aparente glamour de la industria del cine: “Elegí verme así adrede. Quería que la vanidad no estuviese en escena". También dijo que prefiere coger roles que no le exijan tener el rostro maquillado o estar demasiado arreglada: "Es bueno para la audiencia".
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