Antes era inconcebible lucir la ropa interior a la vista de cualquiera que se nos cruzara por la calle, pero este acto de indecencia fue conquistando paulatinamente a las mujeres más atrevidas, que ya estaban aburridas de las minifaldas y los tops cortos. Encontraron la solución en el cajón de la lencería: los bralettes, sujetadores, corsés y slip dresses dejaron de utilizarse únicamente en la intimidad para aportar un toque sugerente a nuestros looks de calle. Estas fiestas de Navidad, deja que el encaje y las transparencias tomen por asalto tu armario y serás la mejor vestida en la cena.
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