Un vestido bonito y unas sandalias atemporales: elegir look de invitada durante la temporada de primavera-verano puede resultar relativamente sencillo, pero, cuando llegan los meses de frío, la cosa cambia. La amplitud térmica, con grandes diferencias de temperaturas entre la mañana y la noche, la posibilidad de lluvia, el viento... son factores que complican bastante la búsqueda de conjunto para una boda, bautizo o celebración especial. Como sabemos que es probable que te encuentres actualmente en esa tesitura (a nosotras nos pasa), recurrimos a una experta en la materia, Laura Corsini, quien nos desvela sus claves para mantener la elegancia sin necesidad de pasar frío. La diseñadora de Bimani comparte la opinión de que escoger estilismo en la temporada de otoño/invierno es más difícil, pero también reconoce que se trata de un momento con más posibilidad de arriesgar y de cederle protagonismo a los complementos.
- Bimani nació con una prenda que ya es icónica: la camisa ‘anti plancha’. ¿Cómo fue el descubrimiento de ese tejido mágico?
Bimani empezó hace diez años en el Mercado de la Seda de Shangai, donde se hacen muchas prendas a medida, sobre todo mucho traje para hombre y mucha camisería. Fui con un grupo de amigos que fueron al mercado a hacerse ropa y yo decía ‘jo, ¿por qué los chicos pueden hacerse su ropa básica para ir a trabajar y yo no?’. Yo tenía también la necesidad y surgió la idea para empezar a trabajar. Me puse a rebuscar en ese mercado, encontré a una chica que se llama Amy, con la que empezó todo, y durante un año estuve produciendo allí.
Entre sus tejidos encontré nuestro crepe georgette, que no se arruga, aluciné y juntas hicimos allí con patrones hechos con periódicos la primera camisa basada en el corte masculino de las camisas de mis amigos. Luego empezamos a producir en España y el tejido se lo compramos a un proveedor español también.
-Y, a día de hoy, sigue siendo un tejido estrella.
Sí, lo seguimos usando mucho, en el 70% de las prendas que hacemos, y es el que más se vende, porque es una realidad que es el más práctico. A mucha gente le da miedo lavarlo en casa pero es que no, tiene un mantenimiento muy fácil, le puedes dar hasta jabón antigrasa si se te mancha con algo más fuerte.
- Este otoño e invierno serás una invitada 'muy british'
- ¿Qué crees que tienen en común todas tus prendas y que definen el espíritu Bimani?
Partimos siempre de la premisa de que a mí me tienen que encantar todas las prendas y diseños que hacemos, y a veces es positivo pero, para la gente que no comparte mi estilo, quizás no. Intentamos llegar a cualquier mujer haciendo prendas sencillas, básicas pero con un corte de sofisticación. Quizás todo lo que comparten nuestras prendas es que una misma mujer puede ponerse toda la colección, hay algunas para unas edades o para otras pero para el mismo tipo de persona, así que cuando alguien empieza a comprar en Bimani es casi 100% seguro que repita, porque va a encontrar algo más que le guste.
- ¿Te pondrías entonces todos los looks de invitada que lanzáis a la venta?
Todos me los pondría, y, es más, a veces hemos hecho cosas que igual no me pondría y me he arrepentido porque luego no me las pongo, no las enseño, no se venden… Entonces, realmente tenemos que intentar que todo me encante de verdad, porque yo todo lo cuento, lo transmito y se me nota cuando me emociona algo y cuando no.
- De cara a la temporada de otoño/invierno parece más complicado elegir look de invitada. Que si llueve, que si hace frío, los zapatos… ¿Qué consejos nos darías tú para acertar en esta época?
Es verdad que es muy diferente verano que invierno, yo en verano siempre pienso que con cualquier vestido y una sandalia vas ideal pero en invierno pienso más en el conjunto. A mí por ejemplo no me gusta llevar medias, por lo que me suele costar ponerme un vestido tobillero por el frío, así que llevo mucho looks de pantalón, trajes de chaqueta, que me parece también super estiloso y que luego puedes reutilizar las prendas por separado.
También me gusta mucho la típica chaqueta larga, hemos hecho ahora unas de terciopelo pero tenemos otros dos o tres diseños parecidos, con los que vas un poco más cubierta y aunque vayas sin medias es diferente. Creo que de cara a invierno es más el hecho de conjuntar cosas y jugar con los materiales, por ejemplo el terciopelo y las lentejuelas, que también las veo más invernales. Arriesgaría más con ese tipo de cosas.
- Así que consideras que este es el momento de darle más importancia a los accesorios
Sí, en verano tendemos más al minimalismo con tonos neutros en cuanto a complementos, dorado o nude, pero en invierno de repente metes un verde, un burdeos… Por ejemplo, hemos sacado unos bolsitos de lentejuelas ideales que completan directamente el look porque muchas mujeres venían pidiendo el conjunto entero.
- Y ahora que habéis empezado con los accesorios, ¿os planteáis ir un paso más allá diseñando, por ejemplo, tocados?
Muchas veces lo he pensado porque muchas clientas vienen con el tocado y a partir de ahí buscan el resto del look, le dan casi más importancia al tocado que al vestido. Casi todos los que vienen son de Mimoki, que es una marca de referencia y existiendo firmas así de potentes es difícil competir, lo veo algo muy artístico. Pero no descarto algo más fino tipo diadema en nuestros colores… También estamos intentando hacer algo tipo joya grande, un buen pendiente, una gargantilla… entra en nuestros planes.
¿Alguna tendencia de invitada que nunca llevarías?
Qué difícil. A mí nunca me verán con mucho escote o muy corta, creo que nunca he ido a una boda de corto, aunque en la colección del próximo verano será la primera vez que me verán con un vestidito corto, pero porque es muy cañero con mucho volumen. Yo le digo ‘nunca’ a enseñar de más, creo que vamos mucho más elegantes cuando vamos tapadas.
- Hay mucho debate también sobre las invitadas de negro, que antes estaba mal visto pero ahora cada vez hay más. ¿Qué opinas?
No tenemos mucho negro en Bimani. En la colección satinada no hemos lanzado negro pero la clienta se está quejando. A mí el negro me gusta mucho de noche, pero de boda de día, que al final aunque una boda sea de noche la ceremonia va a ser de día, pienso que vas más favorecida y apropiada con color, pienso en las fotos y no me gusta ver una mancha negra. Es cierto que veo vestidazos negros que llevan pedrerías y digo ‘es que es un vestidazo de invitada’, pero en general no me encanta el negro. Sí que es verdad que cada vez se pide más y hay diseños que hemos metido en ese color a última hora porque nos lo están pidiendo y se vende fenomenal.
- ¿Crees entonces que los protocolos más estrictos de vestuario se están desdibujando?
Sí, totalmente. Lo que sí se está manteniendo es ir de largo largo solo de noche, quizás, pero todo lo demás ya da un poco más igual.
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- Te casaste hace unos meses y vestiste a casi todas tus amigas para la ocasión ¿Cómo fue este proceso mientras organizabas tu propio enlace?
El proceso fue genial pero muy duro, una cosa es visualizarlo y otra es llevarlo a la realidad. Al final vestimos entre 50 o 60 personas, que muchas llevaban dos o tres prendas y mucho de todo eso se hizo a medida y bajo demanda. Me decían ‘yo quiero una blusa de organza, larga, con un pantalón estrecho y quiero ir de fucsia y verde’, por ejemplo fue el caso de mi amiga Nuria, y como ella quería ir de organza metimos el tejido en la temporada. Toda la colección es de la de mis amigas y sus estilos diferentes. Nos reuníamos con una, veíamos un poco lo que le gustaba, buscaba fotos suyas para hacer un brainstorming, hacíamos un boceto, hacíamos la primera muestra, si lo veía Bimani lo teníamos en cuenta para incluirlo (que al final todos los hemos metido en la colección) y ya hacíamos su diseño en su color. Un total de cuatro o cinco muestras por cada una.
- ¿Cuánto tiempo antes empezasteis?
Yo se lo propuse a ellas en diciembre y empezamos en febrero-marzo, y la boda fue en julio, así que imagínate.
- Y, mientras, tú organizando todo y pensando en tus propios vestidos
Sí, al final yo me casé con el de mi abuela, que me hacía una ilusión tremenda y eso me quitó agobio. Fíjate lo que es la vida que estás años pensando en tu vestido de novia y al final fue lo más fácil, qué gusto que existiera ese vestido, porque si no, habría sido un dolor de cabeza. Luego usé uno súper sencillo utilizando retales de una mantilla que se puso mi hermana en su boda y se estropeó mucho, y el tercero que era un homenaje a Bimani y tenía que salir uno nuestro, pero sí, fue duro, además cuadrar a todas… Intentamos dirigirlas un poco y arriesgamos en alguna cosa pero manteniéndonos fieles al estilo, y al final todos forman parte de la colección y van saliendo poco a poco.