Tan elegante y correcta, Amal Clooney parece salida de otra época. En una época en que el mundo entero cuela prendas de inspiración deportiva en la oficina, se pasea por la calle con ropa de yoga y coge aviones mezclando el pijama con el chándal, la abogada imparte una lección de estilo en cada aparición pública: es posible ser refinada y rematadamente cool, sin necesidad de aparentar la perseguida espontaneidad que se predica en Hollywood. La abogada es coherente en sus estilismos: por eso ha dejado de lado la falda lápiz y los salones de sus acostumbrados looks de trabajo para enfundarse en varios básicos de fondo de armario, logrando un estilismo igualmente depurado pero absolutamente confortable.
Un estilo de altos vuelos
La anglo-libanesa, de 44 años, aterrizó con su avión privado en el aeropuerto de Teterboro (Nueva Jersey) el pasado martes 26 de abril. Lució un abrigo de estilo masculino firmado por Fendi, gris y de doble botonadura, que cubría una camiseta blanca con un texto estampado en letras negras. Sin embargo, los elementos más rompedores -en el marco de su estilo tradicional, claro- fueron unos vaqueros acampanados azul índigo, en compañía de unas zapatillas deportivas con cordones, de un blanco impoluto. Sus sempiternas gafas de sol negras completaban su imagen, donde no faltaron sus uñas y labios en rojo cereza, una de sus señas de identidad junto a su frondosa melena oscura.
De tal palo, tal astilla
Su madre la acompañó durante el viaje, y se las vio desembarcar juntas. Con una amplia camiseta negra y pantalones a justados a tono, Baria Alamuddin agregó un toque de color con unos botines de corte militar en color rosa metalizado. También con el abrigo de flecos en el mismo color, aunque en un tono más claro, que llevaba colgando del brazo. Sujetaba con la otra mano un bolso de cuero trenzado de Loewe tipo cesta, perfecto para viajar por su amplitud.
Su bolso preferido
Al bajar del vehículo que la llevaba a su hotel de Nueva York, Amal apareció sin su madre y parecía de un humor excelente. En la instantánea puede apreciarse mejor su camiseta blanca y el bolso que luce en la mano derecha: el modelo Bond, de Givenchy. En efecto, se trata de uno de esos bolsos con nombre propio tan sonados esta temporada. No es que la esposa de George Clooney tienda a repetir esta pieza en concreto cuando es retratada por la calle, pero sí otros diseños muy similares: de silueta tote y del mismo tono; tan grandes y discretos que resultan adecuados tanto para viajar como para acudir al trabajo.
Por looks como este, la abogada ha pasado de los 40 convertida en un icono de estilo mundial, aunque su imponente currículum como abogada de derechos humanos y las obras de caridad que lleva a cabo también aumentan de forma considerable su atractivo. No obstante, en su vida cotidiana apuesta por los diseños coloridos, que incorpora a estilismos perfectamente engamados y acompañados de zapatos de tacón, y por diseños ajustados y espectaculares en la alfombra roja. En la imagen sobre estas líneas, luce abrigo vichy de Courrèges y el bolso Pilgrim de Jour, de Roger Vivier. ¿Se puede resultar elegante en todos los ámbitos de la vida? Ella es el ejemplo perfecto.