El 22 de abril se celebra internacionalmente el Día de la Tierra, instaurado con el objetivo de concienciar acerca de los problemas de sobrepoblación, contaminación y otros problemas ambientales en nuestro planeta. Por mucho que nos guste y disfrutemos de la moda, la realidad es que esta industria es la segunda más contaminante del mundo: ensucia cerca del 20% del agua potable del mundo, provoca el 10% de las emisiones de carbono (más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos) y genera toneladas de residuos en vertederos cada año. Para elaborar una sola camiseta de algodón, una de las prendas más básicas que existen, se estima que son necesarios 2.700 litros de agua, la cantidad que una persona bebe a lo largo de 30 meses. El sistema de fast fashion, alimentado por nuestra necesidad adquirida de renovar el armario cada temporada -o incluso cada mes-, hace que estas cifras sigan creciendo, pero hay formas de contribuir a frenar esta vorágine de consumismo innecesario, y son totalmente compatibles con el deseo de seguir las últimas tendencias en moda.
¿Es compatible querer estrenar look con la sostenibilidad?
Lo admitimos, a nosotras también nos encanta idear look para un evento especial, nos parece una de las partes más divertidas y nos fascina estar horas mirando ideas en busca de inspiración. Hace unos años, era más que habitual invertir en un vestido de calidad y reutilizarlo en numerosas ocasiones, pero la exposición en las redes sociales y el aumento de la oferta en diseños de fiesta hace que, en realidad, prefiramos estrenar cada vez que nos invitan a una boda, bautizo o cita señalada. Puede parecer que esto se contradice con todo lo que destacábamos antes, pero no es así. Una solución perfecta de la que nos declaramos grandes fans es el alquiler. Aunque antes había ciertos prejuicios contra el hecho de pagar por llevar una prenda o accesorio una sola vez, la creación de nuevas plataformas que ofrecen looks de lujo de las firmas más deseadas del momento a precios más que razonables los han derribado por completo.
Una de estas nuevas plataformas es Borow, ideada durante la pandemia y lanzada en mayo de 2021 con el propósito de dar acceso a todas esas prendas que siempre hemos querido lucir y vestir sin la necesidad de poseerlas, dando lugar a un modelo circular y por lo tanto, más sostenible. "Llegó un momento en el que fuimos conscientes del daño que estábamos haciendo consumiendo de manera compulsiva y abusando de la fast fashion con las consecuencias que tiene para el medio ambiente, y no encontrábamos ninguna solución que encajase realmente con lo que necesitábamos" nos cuentan sus creadoras. Entre sus clientas hay un abanico muy amplio en cuanto a edades, pero ante todo son "mujeres modernas, que disfrutan experimentando con la moda a la vez que están concienciadas con el impacto de sus acciones con el medio ambiente".
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Nos explican también que notan un gran aumento en el interés por el alquiler de los looks de invitada "pese a que eventos como las bodas son el motivo principal por el que la gente nos visita a priori, muchas clientas alquilan para otras ocasiones como una fiesta, cumpleaños, o un evento en el que quieren lucir algo concreto, sin tener que preocuparse por darle más vidas o sacarle rentabilidad a la prenda".
Cuando les preguntamos si creen que este incremento de la demanda se debe a querer ahorrar o a una búsqueda sostenibilidad, tienen claro que es una mezcla de ambos factores: "mucha gente se puede cuestionar que por el precio de un alquiler, podrían comprarse una prenda en otro sitio, pero cuando logran entender que el hecho de poseer algo que realmente sólo quieren lucir una vez acaba siendo una carga, no solo para una misma sino para el planeta, consiguen cruzar esa barrera mental. Nuestras clientas encuentran más que un ahorro per se, una mejor inversión de su dinero, pudiendo lucir prendas de diseñadores diferentes más a menudo que si tuviesen que adquirirlas. De dicha manera, la clienta también tiene acceso a experimentar más con las tendencias y la moda, luciendo siempre exactamente lo que quiere para ese evento concreto".
Aumento en el alquiler virtual debido a sus facilidades
Aunque cuentan con tienda física en Madrid, que sigue siendo la opción más demandada para poder ver las prendas en persona y probar cómo quedan, cada vez son más las clientas que las encargan por internet desde toda la península, puesto que en la tienda online se puede ver el catálogo al completo con la disponibilidad actualizada. Además, cuentan con una política muy flexible de devoluciones y permiten alquilar dos tallas o modelos en caso de duda y solicitar el reembolso de la que no vaya a usar. Similar es el modelo de negocio de La Más Mona, también con tienda física en la capital pero con una exitosa página web a través de la que puedes pedir varias tallas para elegir cómodamente en casa.
La Más Mona ofrece además del alquiler tanto de prendas como complementos para ocasiones especiales (con una duración de 4 u 8 días en función de la necesidad de cada clienta), otro concepto bautizado como Daily, que consiste en una cesión mensual de prendas y accesorios pensados más para el día a día. Al igual que en Borow, nos explican que en el precio está incluido el servicio de tintorería tanto antes como después del alquiler, lo que asegura el cuidado de la prenda y que esté perfecta para su uso. Además, hablando de ahorrar, si compras un vestido tienes que llevarlo al tinte igualmente tras el evento, así que es un factor a tener en cuenta que también supone un menor desembolso de dinero.
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Saca rentabilidad a tus prendas sin venderlas
Queda más que claro por lo tanto que alquilar un vestido para tus eventos especiales se trata de una opción perfecta para mantener el equilibrio entre nuestra pasión por la moda y nuestro deseo de cuidar el planeta, pero existen más opciones. Si tienes en tu armario diseños de calidad que ya no uses pero te de pena deshacerte de ellos ¡puedes cederlos para que otra persona los alquile! Se trata del Club Vintage de La Más Mona, un servicio en el que tú cedes tus prendas a la plataforma para que las incluyan en su catálogo y puedan alquilarlas otras personas, y te llevas una comisión para sacarle provecho a esos looks que ya no te pones sin necesidad de venderlos.
¿Sabías que, de esta forma, tus vestidos pueden acabar incluso en la alfombra roja? Begoña Villacís, por ejemplo, promovió la moda responsable en la última edición de los Premios Platino alquilando su vestido en La Más Mona, pero no ha sido el único rostro conocido en hacerlo, ya que es habitual que numerosas influencers hagan lo mismo para acudir tanto a bodas como a galas. ¿Te imaginas ver a alguna de ellas con uno de tus looks de invitada?
El auge de la segunda mano a través de plataformas que aporten fiabilidad
Más allá del alquiler, por supuesto, la compraventa de segunda mano también sigue siendo una alternativa ideal. Es normal sentir cierto recelo en un inicio, especialmente en las aplicaciones en las que no hay intermediario y no sabes cómo va a llegarte la prenda, pero cada vez existen más webs que se encargan de hacer una selección muy cuidada y, a la vez que te evita estar horas buscando y buscando, te asegura que todos sus productos están en perfecto estado. Una de ellas es Good Karma, la cual, como nos explica su fundadora, Beatriz Warleta, es "una plataforma de moda de segunda mano en depósito que se encarga de todo el proceso de venta de principio a fin, fotografiando, almacenando y subiendo todas las piezas a la web. Una vez se vende cada pieza, la vendedora recibe su margen por transferencia bancaria".
Aunque admite que en alguna ocasión le han hecho algún comentario acerca de, por ejemplo, no querer adquirir zapatos usados, Beatriz considera que cada vez hay muchos mejos prejuicios al hecho de comprar de segunda mano. "Creo que en los últimos dos años ha cambiado muchísimo la actitud general y hay mucha más aceptación. Y seguirá creciendo: ¡en unos 8 años el 20% del armario de la persona media será de segunda mano!".
En cuanto a los motivos que están provomiendo este crecimiento, opina que la pandemia ha ayudado por un tema económico: "es una opción de consumo donde puedes acceder a las mismas prendas que comprabas antes por un precio mucho menor, y a marcas que antes no te podías comprar y que te encantan. Pero también creo que la parte de sosteniblidad juega un papel importante, y que ayuda mucho que la tengamos muy presente hoy en día. Pienso que los beneficios sostenibles solos, sin los beneficios económicos, no llevan a un cambio de hábito de consumo a largo plazo. Mucha gente quizás se siente atraída primero por la parte sostenible, y luego se queda cuando ve también lo que ahorra y a lo que puede acceder con la segunda mano".
Las expertas coinciden, por lo tanto, en que la suma de estos dos factores es clave para que este tipo de modelos de negocio continúe creciendo, y consideran que lo van a hacer. Además, la divulgación cada vez mayor de la preocupación por la sostenibilidad va comiendo (aunque sea muy poco a poco) terreno al consumismo compulsivo. "Cada vez se habla más de ello, cosa que no se hacía para nada hace 10 años, o incluso 5. Pero a la vez creo que nos seguimos dejando llevar mucho por el dinero, y no podemos resistir a los precios tan bajos que ofrece el fast fashion (de ahí el éxito de Shein en los últimos años, que paradójicamente ha ido creciendo a la vez que iba creciendo la consciencia social sobre la sostenibilidad). Por eso pienso que una solución realmente sostenible tiene que ser también (muy) accesible".