Mucho se ha hablado en las últimas semanas acerca de una posible reconciliación entre Irina Shayk y Bradley Cooper, especialmente desde que se publicaron unas imágenes de ellos en actitud cariñosa por la calle y se supo que habían pasado la fiesta de Acción de Gracias juntos. Anoche los rumores se avivaron aún más cuando la modelo apareció en el estreno de El callejón de las almas perdidas, la última película del actor estadounidense. Sin embargo, lejos de posar junto a él en el photocall, lo hizo con su amiga y compañera de profesión Stella Maxwell, con quien protagonizó un duelo de estilo que nos dio las claves para lucir escotazo estas fiestas de manera elegante y acertada.
Mismo color y escotazo
Aunque cada vez son más las mujeres que se atreven con tonos inesperados a la hora de elegir un look de fiesta, la realidad es que el negro es y siempre será la opción infalible, tanto por lo bien que sienta -es de sobra conocido que se trata de un color que estiliza- como por lo sencillo que es de combinar o el juego que da a la hora de sumarle complementos o maquillaje potentes. Las modelos reafirmaron el triunfo de esta tonalidad con total looks que acapararon todas las miradas gracias a su sobria sensualidad. Las dos se decantaron por estéticas similares pero conseguidas con prendas muy diferentes: mientras que Stella apostó por un vestido, Irina prefirió los pantalones.
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La alternativa de Irina al vestido de fiesta
Haciendo un guiño a la estética gánster de la película, Irina se decantó por un traje dos piezas oscuro de raya diplomática. Sin embargo, demostrando una vez más que es capaz de defender cualquier prenda y aportarle una estética sensual, consiguió una imagen de todo menos aburrida. Combinó su blazer con unos pantalones de tiro alto y un impactante body de piel estilo arnés. Remató con unos salones clásicos a tono y bolsito de mano con detalles dorados. Recogió su melena en un moño de efecto wet y apostó por un maquillaje muy sencillo en el que destacaban los labios rojos.
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Stella Maxwell y su diseño poco convencional
Quien sí apostó por el vestido negro fue su amiga Stella aunque, eso sí, escogió una prenda nada convencional, confeccionada en un tejido satinado que generaba estratégicos drapeados para potenciar la figura. Era un diseño con una gran abertura en 'V' rematada por una pieza circular metalizada de donde partía una falda larga hasta los pies. Además, contaba con una falsa chaqueta incorporada que aportaba una dosis extra de originalidad. Al igual que Irina, lució un moño ultrapulido, aunque difirió de ella en el maquillaje, puesto que abogó por uno más neutral con efecto 'cara lavada' y labios nude.