Innovar o morir. Una filosofía de larga tradición en el mundo de los negocios que inevitablemente cobra mucho más sentido cuando hablamos de moda. Las tendencias desaparecen casi a la par que llegan y son reemplazadas al momento por otras nuevas (o incluso anteriores). Para las firmas de lujo, este es el gran reto: mantenerse vigentes y en la cima a pesar de los cambios, pero siempre fieles a sus sellos distintivos y eternos. Conocidas casas como Prada, Fendi, Dior y Louis Vuitton han encontrado la fórmula en el poder de reimaginar sus complementos más populares con ediciones exclusivas para una nueva audiencia que ansía diferenciarse del resto.
- Bolsos y zapatos que no podremos tocar: la moda se muda a los videojuegos
Añorando tiempos jamás vividos
La nostalgia por finales de los años 90 y principios de los 2000 ha dominado las ventas en el sectos de la moda este último par de años, pero especialmente desde la pandemia, en la que el poderío de la generación Z se hizo palpable e ineludible en las redes sociales con especial énfasis en TikTok. Hablamos de un grupo de jóvenes nativos digitales con acceso a infinita información, muchas preguntas sobre este mundo caótico y una extraña (aunque lógica) añoranza de épocas pasadas, aparentemente mejores. La visión romántica que los zoomers tienen de la moda ha traído consigo la reaparición de piezas icónicas de moda que marcaron décadas y ahora se relanzan para satisfacer este sentimiento de los nuevos compradores y despertar recuerdos en la clientela veterana.
Prueba de ello es el exitosísimo comeback del bolso Saddle de Dior, ideado en 1999 por John Galliano y rescatado en 2018, año en el cual - según el informe anual de la plataforma Lyst - fue el artículo de moda más popular. Un año más tarde sería el noventero bolso baguette de Fendi, inmortalizado por Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, el que les haría la competencia a los complementos virales de Jacquemus o Bottega Veneta con su relanzamiento en incontables colores, materiales y presentaciones para cada mujer del siglo XXI.
- La mágica historia de HoYeon Jung, la actriz que descubrió Louis Vuitton
Una pieza única, congelada en el tiempo
El acelerado ritmo del mercado ha hecho accesible hasta la tendencia más vanguardista, sacrificando en gran medida los estándares de calidad propios de una prenda artesanal pero difundiendo a velocidad de rayo lo que se lleva y lo que no. Distinguirse es cada vez más difícil y ya no basta comprar la última novedad de las pasarelas, por lo cual tanto milennials como centennials -cansados de llevar lo mismo que todos- están apostando por la recuperación de piezas especiales, antiguas o de colección. Mientras, los más jóvenes afianzan su relación con los logos exclusivos y los diseños genuinos.
El nacimiento de portales exclusivos de reventa fiable como Vestaire Collective o The Real Real ha difuminado esa frontera para esta generación hiperconectada que sueña con presumir de algo que pocos puedan emular. Indirectamente, se están revalorizando los viejos iconos de las firmas, situándolos nuevamente entre los objetos de deseo de las chicas de moda y de las plataformas de contenido. A su vez, este ecosistema digital sigue afianzando a legendarias firmas como Louis Vuitton en el ranking de marcas favoritas de generaciones adolescentes. Es un hecho: la sociedad avanza, el consumo se transforma y las firmas se reinventan con grandes dosis de creatividad.
-El nuevo 'made in Spain': moda sostenible y dirigida por menores de 25
Por su parte, Loewe acaba de sorprender con dos nuevas ediciones de su célebre bolso Amazona, que han conquistado al público español en cuestión de semanas, a la vez que asume el patrocinio de las actividades culturales organizadas en el Museo Ghibli, fundado por el japonés Hayao Mizayazaki, reconocido director internacional de animación. De nuevo, comprobamos la estrecha relación entre la moda y el arte, basados en la calidez del trabajo manual que tanto representa a la firma de origen español. Así lo explicaba Sheila Loewe, presidenta de la Fundación Loewe: 'Nos sentimos muy orgullosos de apoyar al Museo Ghibli, una de las instituciones más queridas de Japón. Compartimos muchos valores, desde el compromiso permanente con la artesanía hasta el amor por la naturaleza. Estamos deseando formar parte de su historia y ayudar a difundir el singular encanto del museo alrededor del mundo’.
Sin duda, este tipo de alianzas tan significativas son una prueba fehaciente de cómo la moda toma, cada vez más, una posición comprometida con lo que respecta a las relaciones humanas y a la divulgación y la formación de nuevas generaciones.
El caso Louis Vuitton: una serie de colaboraciones inéditas
Centrada en su filosofía de ediciones especiales y la constante reimaginación de sus símbolos representativos, en su historial se encuentan las alianzas virales con Takashi Murakami, Stephen Sprouse o Jeff Koons para transformar sus diseños insignia. No es coincidencia que la aplicación de reventa de lujo Rebag posicione a Louis Vuitton como apuesta segura a la hora de invertir, siendo la segunda firma de moda que mejor se revende en la plataforma después de Hermès. Si a esto le sumas el fichaje de embajadoras 'gen Z' como Pheobe Dynevor, protagonista de Bridgerton, o la surcoreana HoYeon Jung, modelo y estrella de El juego del calamar, el resultado es una estrategia infalible que tiene como punto cumbre una nueva colaboración de edición especial con la que su modelo Capucines se impone como must-have para 2022.
- Superbolsos o los diseños que puedes llevar de tres formas diferentes
Artycapucines: personal y limitado, dos palabras mágicas
En relación con otros clásicos de la firma (Speedy, Neverfull, Pochette...), el bolso Capucines tiene pocos años de vida y ha conseguido en este tiempo cautivar por su carácter versátil e inigualable con ayuda de un storytelling que invita a descubrir los entresijos del lujo. Este icónico accesorio, creado en 2013, se renueva constantemente con nuevos diseños que varían en color y material: la lona, el yute o los monogramas y estampados. Ahora esta piéce unique, bautizada así por la calle de París en la que se abrió la primera tienda de la firma en 1854, se convierte ahora en un lienzo en blanco para seis artistas (Sam Falls, Urs Fischer, Nicholas Hlobo, Alex Israel, Tschabalala Self y Jonas Wood) encargados de plasmar en él su imaginario personal para 200 clientes afortunados por cada diseño.
La cultura playera del sur de California, la maternidad, los materiales de la naturaleza, el sueño americano y el cuerpo femenino son algunas de las temáticas exploradas en esta serie limitada que vuelve a poner el foco en la maison. De manera irónica, en un mercado dominado por el fast fashion, la moda exclusiva y artesanal adquiere un nuevo significado mucho más potente. En cuestión de semanas, es posible conseguir réplicas casi exactas de las prendas de pasarela por mucho menos dinero, si estamos dispuestos a renunciar a la calidad y al valor simbólico que aportan las piezas hechas con cariño. En 2021, la distinción y la unicidad son claves. Elaborar piezas imposibles de recrear nivel masivo mantendrá viva la ilusión de lo que supone tener en las manos una pieza con historia.