Hemos oído por activa y por pasiva que la industria de la moda es la más segunda más contaminante del mundo, llegando a producir al año más emisiones de carbono que todos los vuelos y transportes marítimos internacionales juntos. Es innegable que el frenético ritmo de consumo que existe actualmente en el sector textil es insostenible, y cada vez son más las marcas que buscan aportar su granito de arena y educar a la población para que compren de manera más responsable, optando por prendas de buena calidad que duren años, poniendo en valor los materiales ecológicos y evitando entrar en la rueda del fast fashion y su creación de (falsas) necesidades cada semana. Una de ellas es la firma irlandesa Molly Bracken, que desde hace cuatro años lanza cada temporada una línea exclusiva y consciente con el planeta.
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Inovación en tejidos y materiales
Molly Bracken Premium surge durante el invierno de 2017 como la segunda colección cápsula de la firma, una selección de prendas que utiliza materiales sostenibles de exquisita calidad y hace especial hincapié en el saber hacer y en la importancia de los detalles. Esta línea eco responsable recurre, por ejemplo, a tejidos que requieren poca agua para su fabricación (recordemos que hacer un solo pantalón vaquero de manera convencional necesita unos 7.000 litros de media), como el tencel, creado a partir de pulpa de madera. Otra alternativa es el ecovero, una tela de acabado satinado similar a la seda creada a base de maderas de bosques con certificado ecosostenible que resulta muy resistente y transpirable a la vez.
- Sara Carbonero, madrina de una exposición que reafirma su compromiso con la moda sostenible
Detalles que marcan la diferencia
Además, se emplean recursos más tradicionales pero en su versión ecológica, como el algodón o la lana. En el caso de esta última, proviene de granjas ecosostenibles que aseguran el bienestar animal. Intentando hacer frente a otro de los grandes problemas medioambientales, el del exceso de plástico en los océanos, también utilizan fibras recicladas de botellas de este material para crear poliéster que se usa en muselinas, crepés y satenes.
Demostrando que cuidan hasta el más mínimo detalle, todas las etiquetas están también hechas para cuidar el planeta. La que va cosida a cada prenda es de algodón 100% reciclado, y la exterior, en papel reciclado e impresa con tinta ecológica.