La cultura de los paparazzi alcanzó su punto más alto en los años noventa, con el auge de la prensa rosa en un tiempo donde las redes sociales ni se asomaban por la puerta. En pleno mediático divorcio, cualquier aparición de Diana de Gales suscitaba la curiosidad de fotógrafos y lectores. Unas celebridades, como las gemelas Olsen, usan sus vasos de café y amplias gafas de sol, otros llevan mantas y algunas, sus bolsos. La madre de Guillermo y Harry pertenecía a este último grupo, incluso llegó a acuñar su propio término: cleavage bags ("bolsos de escote"). Para evitar primeros planos incómodos o un posible desliz de vestuario, llevaba inteligentemente sus clutch sobre su pecho siempre que salía del coche. Durante un tiempo, esta técnica pasó desapercibida, pero pronto la misma Diana de Gales reconoció su estrategia. Un ejemplo clásico es la salida de su limusina antes de una presentación de El lago de los cisnes en 1997, en el Royal Albert Hall, apenas dos meses antes de su trágico desenlace.
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Trucos contra la presión mediática
En julio de 1997, aparecía con la famosa gargantilla de esmeraldas de Isabel II y, por supuesto, su bolso de escote en el centenario de la Galería Tate de Londres. Es bien sabido que, una vez separada del príncipe Carlos, su repertorio de estilo sufrió un cambio drástico, en sintonía también con la sensualidad que trajeron consigo los años noventa. Se alejó de los estampados estruendosos y de las siluetas vaporosas para dar paso a vestidos lenceros o ajustados y faldas más cortas de lo habitual para una royal. Esto tuvo repercusión en sus complementos, pues hizo necesario dicho mecanismo para eludir a la prensa amarillista.
El bolso, siempre a juego
A cada evento formal llevaba un pequeño bolso en la mano, que casi siempre hacía juego con su vestido. En estos complementos apenas se hubiera podido meter un móvil actual, pero su tamaño no era importante en el diseño. La creadora de bolsos Anya Hindmarch ayudó en varias ocasiones a Diana de Gales con sus accesorios después de ganar fama entre la alta sociedad londinense en 1993: "Era una clienta muy leal y muy divertida. (...) Solíamos reír cuando diseñábamos lo que ella llamaba sus 'bolsos de escote', pequeños bolsos de satén con los que se cubría el escote al salir de los coches", dijo Hindmarch en una entrevista al diario británico Telegraph.
¿De dónde surge la idea?
Cuando aún era prometida del futuro padre de sus hijos, en 1981, Diana fue pillada por los fotógrafos en el Goldsmiths' Hall de Londres dejando ver más de la cuenta, mientras se inclinaba a arreglar la cola de su traje. Llevaba un vestido palabra de honor en color negro. El pequeño desliz ocupó portadas y fue quizá el detonante de esta gran idea que se materializaría años después, cuando finalmente se separase de Carlos. Esta imagen es de las primeras que se tiene de ella con un cleavage bag, en una gala de1995 en el Petit Palais de París, a la que acudió con este vestido rojo potente con lazo en escote, obra de Christian Lacroix.
Isabel II también tiene bolsos con 'uso secreto'
La Princesa de Gales no fue la primera en darle un segundo uso a sus bolsos preferidos. Fuentes del Palacio de Buckingham revelaron hace unos años que Isabel II usa su famoso Launer para enviar mensajes secretos a su personal. Según el director ejecutivo de Launer London, Gerald Bodmer, la compañía de bolsos de lujo le ha proporcionado a la reina de Inglaterra más de 200 ejemplares a lo largo de los años, en diversos colores y modelos. Tal es su por ellos que los ha llevado en casi todos sus actos públicos de los últimos años, incluyendo la boda de los Duques de Cambridge. ¿En qué consisten estos mensajes codificados? Por ejemplo, cuando cambia las asas de un guante al otro, supuestamente transmite que le gustaría terminar su conversación actual y que debe ser interrumpida. Ponerlo sobre la mesa, por otro lado, implica una emergencia real.