A diferencia de otras famosas de su edad, que buscan suscribirse a la última moda de la mano de marcas jóvenes y en ocasiones desconocidas, Kylie Jenner está buceando en el historial de las casas de lujo más reputadas para dar un giro a su sensual guardarropa. No obstante, nadie dijo que esta decisión le saldría barata. Con fin de demostrarnos que la moda es cíclica y que todas las tendencias del ayer tienen vigencia hoy en día, la menor del 'Klan Kardashian' ha invertido casi 40.000 euros en tan solo dos piezas. La más reciente de ellas, un revelador vestido de origen francés confeccionado diez años antes de su nacimiento que la conecta, en un vuelco inesperado de acontecimientos, con la llamada Reina del Pop.
El vestido de los 20.000 euros
Esta semana, la estrella de telerrealidad ha viajado a Nueva York con motivo de la entrega de premios de la reputada escuela Parsons y aunque verla de la mano con Travis Scott fue una sorpresa para muchos, a las fanáticas de la moda nos ha impactado otra cosa. Kylie viste un diseño sacado directamente de los archivos de Jean Paul Gaultier, concretamente uno de los icónicos vestidos de sirena del couturier que data de 1987. Esta pieza de tejido elástico semitransparente en diferentes tonalidades de verde con guantes largos a juego (como se llevó en la pasarela) sirvió hace más de tres décadas para revelar al mundo los identificables sujetadores que el modisto haría reconocidos gracias a una superestrella de la música. ¿Sabes cuánto le ha costado hacerse con él? Nada menos que unos 20.000 euros.
Si te resulta familiar, no es coincidencia. Madonna hizo de este estilo de corsés su sello distintivo cuando su carrera estaba apenas despegando. De hecho, pocos estilismos han pasado a la historia de la moda con tanto impacto como el que vemos en la imagen, un corsé blanco con formas cónicas en los pechos que formó parte del vestuario de su gira Blond Ambition de 1990. En esta época, entre finales de los ochenta y principios de los noventa, la intérprete de Like a Virgin llevó varios diseños similares de Gaultier sobre los escenarios y fuera de ellos, por lo que prendas significativas como aquel vestido verde oliva de Kylie adquieren un valor cada vez más alto con el paso de los años.
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¿Dónde comenzó esta obsesión?
Para la fiesta de lanzamiento de la marca de tequila 818, propiedad de su hermana Kendall, la menor de las Jenner sacó del armario una sensual pieza de coleccionista que desató comentarios al instante. Era difícil no recordarla, pues pertenece a la colección Primavera/Verano 1992 de Versace y fue desfilada por la mismísima Naomi Campbell. Se trata de un body con escote profundo de corazón, sujetado por tiras con nervios dorados, cuyo precio en el mercado de reventas de lujo alcanza los 18.200 dólares, algo más económico que su reciente compra. Sobre la pasarela, la madre primeriza lo lució con las piernas al descubierto, mientras que Kylie, dada la ocasión, añadió unos pantalones negros ajustados que se funden con el propio cuerpo.
Un asunto de familia: Kendall también ficha tesoros antiguos
Durante sus últimas vacaciones en Cabo San Lucas, la modelo compartió una serie de instantáneas de su esbelta figura con bikini de tiro alto y un top estampado de 'segunda piel'. Aunque el tipazo del que presume hubiera sido suficiente para captar nuestra atención, el foco se lo llevó aquella prenda de mangas largas, el cuerpo vintage Cyberbaba que confirma su estrecha relación con Kylie. También está firmado por Jean Paul Gaultier y forma parte de su colección de 1996, que giró en torno a las ilusiones ópticas, un tema recurrente en las creaciones del francés.
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La pieza tiene el largo de una camiseta común, hasta las caderas, aunque Kendall ha preferido alterarlo con un nudo a la espalda para darle apariencia de cropped top. Aunque pertenezca a una línea de culto entre los conocedores de la moda, este no se compara con las adquisiciones de su hermana menor, ya que se revende por aproximadamente 300 euros, una cantidad ínfima en relación con lo que ha invertido la empresaria de maquillaje.
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