Al margen de las magnas obras de arte que decoran los salones de palacio, los cuadros preferidos de las Reinas y princesas europeas son los del príncipe de Gales. La mayoría de las damas de la realeza han caído rendidas a este estampado, que debe su nombre al duque de Windsor. Siempre admirado por su estilo y elegancia, Eduardo VII dio fama mundial a este tejido en los años veinte, cuando aún ostentaba el título de príncipe de Gales.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Hace años que este estampado de cuadros en blanco y negro —al que el duque de Windsor añadió otra trama de color en azul, rojo o verde— ha dejado de ser exclusivo de uniformes escolares y trajes masculinos. Puede ser o no tendencia, pero nunca pasa de moda, como prueba que doña Letizia, Máxima de Holanda, la duquesa de Cambridge y la princesa Mary de Dinamarca lo incorporen a sus estilismos para cumplir con su agenda.
Matilde de Bélgica ha sido la última en sumarse a esta tendencia royal . La Reina de los belgas llevó un original abrigo asimétrico con este estampado para visitar la exposición Niños del Renacimiento en el Museo Van Busleyden, de la ciudad de Malinas.