Una semana antes de que Paz Padilla y Anna Ferrer revelaran su último proyecto: una firma de marroquinería que recoge su amor por Cádiz, se convertían en dos iconos del street style madrileño. Y es que madre e hija, que además de su conexión en los negocios derrochan complicidad incluso a través de sus respectivos armarios, aprovechan cada ocasión juntas para coordinar sus estilismos. Si hace unos días el denominador común de sus mezclas fue la americana, en su jornada de compras por la capital apostaron por otra prenda muy práctica para estas semanas: un abrigo fino en color claro. Hay varias razones por las que consideramos esta clase de chaquetones la mejor elección a la hora de despedir el invierno: no resultan muy agobiantes -ya que las temperaturas son más suaves- y su corte recto y minimalista hacen que funcionen con todo tipo de mezclas, como demostraron las empresarias con sus respectivos looks.
- Anna Ferrer, orgullosa de cómo su madre, Paz Padilla, ha afrontado sus meses más complicados
Al mismo tiempo, se postulan como la opción más indicada para llevar a diario hasta que llegue la primavera, ya que hacen las veces de chaqueta o de fular (el truco al que prefiere recurrir Rania de Jordania) sumando además puntos de elegancia a cualquier mezcla. Otra razón por la que la casi idéntica elección madre e hija nos parece perfecta es el color. Si desde hace unos meses parecía que los modelos negros o marrones eran los más populares, las tonalidades claras son la perfecta gama de transición para recibir, en unas semanas, el cambio de estación.
El infalible vaquero
Si de algo se encargó cada una fue de lucir el abrigo a su manera. Y mientras que Paz prefirió una mezcla mucho más casual, su hija apostó por darle un punto sofisticado. La elección de la presentadora fue la de combinar el abrigo con una camiseta estampada, unos pantalones pitillos grises de efecto lavado y, para terminar, unos cómodos botines negros de cordones, el calzado que ha arrasado esta temporada (y que podremos seguir utilizando en primavera con looks más ligeros). Y ya que las temperaturas son más suaves, lució el abrigo de largo 3/4 a modo de chaqueta con un bolso amarillo cruzado a modo de bandolera. ¿El resultado? Una mezcla fácil en tonos negros, grises y blancos que no resultaba sobria gracias al toque de color del complemento.
Mezcla todoterreno
Su hija siguió la misma estrategia a la hora de combinar los colores con la diferencia de que el bolso por el que apostó fue un modelo rojo. Pero también el accesorio fue el encargado de llevarse el protagonismo de su look. Si afirmamos que Anna lució una versión más sofisticada del abrigo fino es porque escogió un modelo largo hasta los pies. Por debajo, un vestido negro, medias semitupidas y botas de caña alta fueron las prendas que terminaron de componer una mezcla que lo mismo puede servir para una maratón de compras familiar, como hizo junto a su madre, que para una cena especial o incluso una reunión de trabajo.