Puede que 2020 vaya a ser el año que recordaremos siempre por la crisis sanitaria, un problema que llegó a paralizar al mundo entero logrando que citas anuales como la Gala Met o el Baile de la Rosa de Mónaco se cancelaran por primera vez. Sin embargo, en esta nueva etapa en la que las medidas sanitarias permiten que la agenda arranque de nuevo, algunas alfombras rojas sí podrán celebrarse, como es el caso de los Green Carpet Fashion Awards. Un certamen que premia la moda sostenible al que, desde hace varios años, Andrés Acosta acude como uno de los diseñadores invitados. Y es que el canario ha logrado convertirse en una figura fundamental de los premios que tienen lugar en Milán con sus fascinantes creaciones y su savoir fare, una filosofía que no solo busca ensalzar a la mujer sino respetar, en todo momento, al medio ambiente. Tanto él, como otros artistas promueven una moda que no esté reñida con el cuidado de la naturaleza, aprovechando al máximo los recursos y recuperando técnicas artesanales que marquen un cambio de rumbo definitivo para una industria que todavía tiene mucho camino que recorrer.
Los detalles de la nueva aventura de Andrés Acosta, un antes y un después en su carrera
Si el año pasado el diseñador comparó la experiencia con un sueño que vivió con los ojos abiertos junto a Cristina Pedroche, la cita de 2020 será en doblemente especial. No solo por ser uno de los primeros eventos a nivel mundial después de los confinamientos, también por vivirla con el agradecimiento que supone presentar un nuevo diseño que llevará una de sus musas: Marta Ortiz. Es la modelo quien presenta esta noche del 10 de octubre el diseño que recoge el tema de este año, la unión y el renacimiento como formas de aliarse y sacar fuerzas ante la situación actual, siempre respetando al medio ambiente en el proceso, ya que la sostenibilidad es el común denominador de las creaciones de la gala.
Un vestido que homenajea a Canarias
Tratándose de la tercera vez que acude al evento, el diseñador ha querido celebrar sus raíces en una emotiva exaltación -a través de su vestido- a su tierra y a su historia. De ahí que su obra nos transporte, llegando incluso a desafiar el espacio y el tiempo al transportarnos a la ciudad de El Paso, de su Canarias natal de donde sacó uno de los productos más importantes para su diseño: la delicada seda. Un viaje al pasado que llevó al artista al propio siglo XVI, ya que son de hace cientos de años los telares que se utilizaron para crear el tejido, así como las técnicas que empleó -todas artesanales-, a la hora de confeccionarlo. Canarias aparece en la materia prima, sí, pero también La Palma fue otra musa para el artista. Los colores de su cielo estrellado sirvieron también a la hora de esbozar el que sería el modelo definitivo.
VER: Así se creó este vestido de los Green Carpet Fashion Awards 2020
El vestido 'estrella'
De ahí que Alnilam sea el nombre que recibe la obra de Andrés Acosta -que aquí puedes ver de cerca- en referencia a una de las estrellas más brillantes del Cinturón de Orión. La pieza única, de escote palabra de honor, está realizada con esa seda azul que evoca al firmamento. El vestido, que se ciñe sobre el cuerpo, lleva los característicos bordados modernistas de formas redondeadas -casi salidos de una de las obras art nouveau de Alphonse Mucha- con abalorios, perlas y cristales de todos los colores cosidos a mano. Brillos que nos hacen pensar en esas luces tintineantes que el diseñador encontró en la bóveda celeste de su ciudad natal. Queda plasmado un homenaje romántico a la vez que el deseo de llegar a lo más alto -en su carrera y en la vida-, ya que, como él mismo recuerda, "Es cuidando las raíces del árbol que las ramas pueden alcanzar las estrellas". Descubre todos los detalles del vestido en este vídeo.