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Aunque lleva varios años viviendo fuera de España, Ana de Armas sigue ostentando el título de ser una de las mejor vestidas de nuestro país. Los fans de la actriz siguen sus pasos muy de cerca y han podido comprobar como su ídolo revalida, en cada alfombra, su estatus de icono de estilo. Este jueves, la intérprete presentaba Puñales por la espalda, su último proyecto que se estrenará el 29 de este mes en Los Ángeles donde comparte pantalla con Katherine Langford y Jaime Lee Curtis. Es habitual que las actrices se presenten en la alfombra roja con estilismos adelantados a la temporada actual. Sin embargo, Ana quiso hacerlo a la inversa, algo que llevó a cabo fijándose en Chanel, ya que optó por un diseño de la colección Primavera/verano 2019.
Pese a que el estilismo forma parte de la propuesta de la firma de Alta Costura para los meses de buen tiempo, bien podría parecer un look otoñal ya que los diseños románticos y con flores están a la orden del día, tal y como han probado Erdem y Rodarte, entre otras casas. La actriz puede presumir de lucir uno de los últimos modelos creados por Karl Lagerfeld, que fallecía unas semanas después de este desfile. Como era habitual en la firma insignia del káiser, el Grand Palais se plegó a sus deseos transformándose en una villa.
Alrededor de esta mansión, tanto el vestido de la española como otros diseños de carácter romántico -con volantes, formas voluptuosas o dibujos inspirados en la porcelana- daban lugar a looks barrocos con un giro moderno que, sin embargo, no pierde al ADN ultra chic de la marca francesa. Uno de los detalles más sorprendentes de los vestidos es que, en vez de estar bordados con hilo, llevaban aplicaciones de pétalos de tela de diferentes colores, lo que le daba un aspecto muy realista y de 3D a las flores. Los seguidores de la actriz coincidieron en que el resultado final de la artista definía el concepto de elegancia.
El de la actriz era un diseño de cuello Peter Pan con pechera decorada con botones. Las mangas, abullonadas y vaporosas, se ceñían al brazo con una tira de satén, la misma que actuaba a modo de fajín. En cuanto a la falda, larga y con volantes, se asemejaba al corte que primaba a principios del siglo XX. Unos zapatos de Jimmy Choo pusieron el toque final del estilismo ideado por Karla Welch, quien se encarga también de vestir a otras celebridades como Olivia Wilde o Elisabeth Moss. Para que el look no se perdiera en la inspiración de hace un siglo, Ana actualizó la mezcla con un moño alto con raya en el medio al que dejó un par de mechones sueltos.
No solo el moño fue el encargado de modernizar el vestido largo. Un maquillaje discreto, creado también por los expertos de Chanel, potenció los rasgos de la actriz. Fue obra de la francesa Mélanie Inglessis, quien optó por enmarcar su mirada con máscara de pestañas y rematar con un labial rosado que aportara volumen a sus labios. Como resultado final, Ana lució un aspecto muy elegante, mezclando inspiraciones retro y actuales.
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