Esta semana Doha se ha convertido en la nueva ciudad de ensueño para los amantes de la moda. Si el miércoles se inauguraba el Museo Nacional de Qatar con una celebración donde las invitadas se transformaron en princesas de Las mil y una noches, este jueves ha seguido la fantasía en la entrega de premios Fashion Trust Arabia, una organización sin ánimo de lucro. En el evento, muchas personalidades de la moda como Pierpaolo Piccioli, Olivier Rousteing, Natalia Vodianova o Diane von Fürstenberg se convirtieron en protagonistas -eran jurado de estos galardones que premian a jóvenes diseñadores de Arabia-, pero fueron algunas de sus creaciones las que más dieron que hablar en la noche de gala. Es el caso del look de Alessandra Ambrosio, una de las invitadas que entró en la lista de mejor vestidas. Aunque la modelo no pudo acudir a la cita del día anterior, donde sí estuvieron Izabel Goulart o Josephine Skriver, se presentó a los premios con un vestido asimétrico realizada por Olivier Rousteing, un diseño blanco plisado de la colección Primavera/verano 2019 de Balmain.
Pero, ¿cómo es posible que la brasileña vistiera un modelo de ready-to-wear a una ceremonia de gala y que realmente pareciera, como los del resto de invitadas, una pieza de alta costura? La explicación es sencilla: la colección de Balmain presentada el pasado septiembre no fue una más. Olivier Rousteing se encontraba en pleno proceso experimental dando rienda suelta a sus ideas más sofisticadas, un precedente de lo que sería el regreso de la firma de lujo a la alta costura. Los volúmenes y colores de sus diseño, así como una serie de drapeados inspirados en el coral o las algas marinas que el francés convirtió hábilmente en acabados textiles, iban dando forma a lo que sería la propuesta más exclusiva del diseñador unos meses más tarde.
Es por ello que el primaveral estilismo parece más propio de una alfombra roja que un vestido para salir a la calle. La creación, realizada en color blanco -una tonalidad que Olivier Rousteing utilizó para muchos de sus diseños de esa colección-, era de corte asimétrico con hombrera XL plisada, minifalda con pliegues de diferentes estilos y cola lateral hasta el suelo. Un look que, para potenciar la silueta 'reloj de arena' que tanto aprecia el artista, se completaba con un cinturón plateado. Al añadir el accesorio, Alessandra lució el vestido de una manera casi idéntica a la que apareció en pasarela a excepción de los zapatos, ya que la modelo prefirió añadir unas sandalias metalizadas barely there que combinaran con el resto de complemento en vez de los tacones de plexiglás que propuso el diseñador.
El vestido del ex ángel de Victoria's Secret fue uno de los más apreciados, así como los de otras de sus compañeras de profesión como Josephine Skriver, Izabel Goulart, Jourdan Dunn o Cindy Bruna que también acudieron a la soberbia velada. No hubo un solo detalle en el estilismo de las invitadas que quedara al azar y la brasileña no fue la excepción. Si la combinación de pasarela había sido el punto de partida a la hora de elegir su vestimenta, el peinado con acabado efecto mojado, el mismo que utilizó Olivier para su desfile, también sirvió como inspiración para su beauty look. Un efecto que mantuvo la modelo con una coleta y un maquillaje discreto con delineado marrón estilo cat eye en el que los pendientes nacarados con forma de lágrima brillaban, quedando a la altura de su espectacular diseño arquitectónico.