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Incomparable con el resto de entregas de premios que tienen lugar durante el año, una vez más la alfombra roja de los Oscar se ha convertido en el mejor ejemplo gráfico para hacernos una idea de por dónde van las tendencias de los vestidos de fiesta. Los grandes aciertos sobre la red carpet mostraban que muchas invitadas optaban por diseños minimalistas, de cortes simples y de un solo color. En el otro extremo, triunfaban los volantes y lazos así como los diseños de fantasía. Es el caso del impactante modelo que recordaba a una conocida princesa que lució Laura Harrier o del viral vestido de Emma Stone. Nominada por su papel en La Favorita a mejor actriz de reparto, el vestido firmado por Louis Vuitton, estaba diseñado por Nicholas Ghesquière, director creativo de la firma francesa. De patrón original e intrincado bordado, acaparó los flashes tanto en la antesala del teatro como durante la ceremonia.
La asombrosa creación, que además se hizo viral, estaba hecha en organza de seda blanca, una tela muy ligera de acabado elegante que se reserva para los diseños de fiesta. Aunque el claro color apenas se apreciaba, ya que era el detalle de los bordados lo que hacía único en el mundo su diseño. Los rombos se realizaron mediante una técnica conocida como lunéville, que es extremadamente precisa ya que se realiza al revés del tejido, mientras se sigue el dibujo que se quiere bordar, y se usan distintos elementos, algo muy apreciado por las grandes firmas de lujo francesas. En el caso del vestido de Emma Stone, son miles de adornos los que lleva cosido, desde 30.000 cristales de Swarovski, 20.000 cuentas doradas, 260.000 lentejuelas con forma de pera y más de 12 kilómetros de hilo metalizado.
No solo es un bordado que requiere paciencia por su complejidad, es un proceder que requiere una gran minucia, lo que llevó más de 712 horas de trabajo (solo la costura de los dibujos geométricos llevó unos cinco días). Otro de los detalles originales de la creación fueron las hombreras, una característica muy típica de los años 80 y que aportan dinamismo al look y que destacaban gracias a su peinado, un recogido en un moño bajo pulido con la raya en el lateral. El diseño, muy llamativo, no dejó a nadie indiferente, ya que es una de las elecciones más osadas hasta la fecha de la actriz que suele optar por diseños de cortes clásicos más románticos. El resultado final de la obra recuerda a elementos propios de la naturaleza, por lo que pudieron servir como inspiración desde el brillo y estructura de un panal hasta las escamas de la cola de un pez.
Por su parte, el diseño de Laura Harrier -experta en las alfombras rojas como actriz de Marvel y acudiendo como parte del elenco de BlacKkKlansman- era también de la misma firma y estaba realizada en crepé de seda color azul cielo o baby blue, algo menos delicada que el tejido que llevó su compañera de profesión. Una creación que también mostraba la maestría de los bordados ya que llevaba diseñados dibujos de flores en color plateado que estaban hechas mediante apliques de cristal y lentejuelas. Con menos detalles, la pieza que lució la intérprete requirió 450 horas de trabajo de bordado, combinando aguja fina y de crochet.
Para darle un toque más moderno y personalizarlo a su gusto, Laura Harrier agregó un cinturón plateado rígido con forma de aro, un look azul y plata al que añadió joyas de Bulgari, un collar y pulsera a juego de platino con duamantes, rubíes y esmeraldas. Cabe destacar que fue la actriz quien puso el punto verde sobre la alfombra ya que su diseño El vestido de la está hecho de materiales sostenibles. Y es que no solo encontramos opciones eco friendly para el armario de nuestro día a día sino también para la alfombra roja. Como broche, la intérprete de Spiderman: Homecoming lució un moño recogido alto con la raya en el medio y algunos mechones despeinados, un estilismo que varios seguidores de la gala compararon con el de la princesa Tiana.
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