Desde que saltara a la fama gracias a su participación en el videoclip de la canción Blurred Lines, Emily Ratajkowski ha conseguido posicionarse como una de las modelos más cotizadas del panorama internacional. El estilo de la britanicoestadounidense siempre se ha caracterizado por ser un reflejo de la sensualidad que emana la propia modelo, quien no duda en potenciarla con cada uno de los siempre explosivos y en ocasiones polémicos looks que comparte en sus millonarias redes sociales. Emily ha declarado en numerosas ocasiones que se siente muy cómoda con su cuerpo y le gusta sacar partido a su figura, algo que suele conseguir mediante prendas ceñidas que cuentan con pronunciados escotes. Sin embargo, en su última aparición pública en Nueva York ha cambiado por completo esta fórmula apostando por un estilismo que, sin tener nada que ver con sus habituales elecciones, consigue el mismo efecto impactante y favorecedor.
Ha sido en una fiesta organizada por la marca Moët & Chandon donde Emily ha aparecido vistiendo un sorprendente conjunto con el que reinventaba el concepto sexy. Esta vez ha sustituido sus recurrentes escotes en 'V' por un llamativo top que, en lugar de contar con una abertura en la parte delantera, posee cuello halter y deja al descubierto la espalda de la modelo. Se trata de una pieza satinada en tono negro sin costuras, rematada únicamente por una cuerda de estilo marinero que tiene (medio) sello asturiano, ya que pertenece a la colección primavera-verano 2019 de Monse. Esta firma, capitaneada por el español Fernando García y Laura Kim, ha conquistado anteriormente a otras celebrities de la talla de Blake Lively, que recurrió a uno de sus favorecedores vestidos para enmarcar su figura.
Tampoco es la primera vez que Emily escoge a esta casa, ya que en 2017 posó primero con un conjunto dos piezas suyo y posteriormente con un diseño negro entallado. En esta ocasión, en lugar de lucir el estilismo tal y como se presentó sobre la pasarela como hiciera el año pasado, le ha sumado pantalones blancos de lino a la prenda que en el desfile se defendía a modo de vestido. Ha completado el look con sandalias negras en clave minimalista de Stuart Weitzman y un original bolso en forma de cubo y decorado con una gran borla de flecos negra de Carolina Santo Domingo (804 euros).
En este evento coincidió con su compañera de profesión Elsa Hosk, que escogió una creación de gasa en un tono azul grisáceo con manga acampanada y falda vaporosa que dejaba entrever su ropa interior firmada por otra de las marcas de moda en el universo de las celebrities, Off White. De esta manera, ambas modelos reinterpretaban la definición de sensualidad saliéndose de las fórmulas habituales para conseguir dos conjuntos diferentes entre sí y muy fieles a la estética de cada una.