La moda tiene el poder de transmitir mensajes mucho antes que las palabras. Desde su llegada a la Casa Blanca, Melania Trump ha confiado en el sello de diseñadores como Givenchy, Derek Lam o Carolina Herrera para crear su imagen más internacional, pero los virales en las redes sociales la han acompañado en algunas de sus decisiones más controvertidas. Después de la polémica por la errónea elección de su nueva chaqueta con mensaje, la Primera Dama ha intentado reconducir su estilo a looks monocolor y apuestas más clásicas. La gran oportunidad para aplacar a sus más críticos fue la celebración del picnic en la Casa Blanca por el 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, a donde acudió con un vestido estampado, de Ralph Lauren. Tanto Melania como Donald Trump respetaron los colores de la bandera de barras y estrellas en sus respectivas combinaciones. Mientras que el presidente acudió con un traje azul marino y una corbata roja (un uniforme habitual en él), ella optó por un estilismo más casual. Sí, parece que cuando Melania se viste de sus colores, acierta.
Manteniendo el espíritu patriótico, eligió un vestido largo del diseñador americano Ralph Lauren de cuadros vichy azules y blancos muy apropiados para una celebración al aire libre y que además recuerda a los bucólicos manteles de picnic de la campiña francesa. La prenda, de cuello y mangas camiseras, con corte estilo wrap (cuando se pliega alrededor del cuerpo), dejaba parte de la pierna al aire gracias a la apertura delantera. El estampado, muy a propiado para el evento, es uno de los clásicos del armario desde que se popularizó en 1950 gracias a Brigitte Bardott. Una elección que le garantizaba casi el acierto seguro al ser uno de los estampados más universales y con poco margen de error a nivel de estilo.
El toque de color lo pusieron los complementos: un cinturón de cuero rojo de Alexander McQueen que se anudaba en la parte delantera y las bailarinas rojas de Christian Louboutin, una de las firmas de cabecera de Melania. Una puesta en escena que nos recuerda a la tendencia que ponen en práctica las parejas más sólidas cuando se visten conjuntandos pero también a aquellas veces en la que la primera dama ha acallado los rumores de crisis en su matrimonio.
Más allá de los eventos patrióticos, la manera que tienen los Trump de demostrar su complicidad a través de la vestimenta resulta bastante evidente. Tanto, como el hecho de que Melania -desde la toma de posesión del presidente en enero de 2017- haya incorporado a su vestidor más firmas estadounidenses para vestirse en sus actos oficiales.