El máximo exponente de la moda se da cita estos días en París. La ciudad del Sena acoge hasta el jueves 25 la Semana de Alta Costura, donde los grandes nombres del diseño presentan sus propuestas de cara a la próxima primavera. Entre aprendices de influyentes, instagrammers y chicas que intentan hacerse un hueco ante las cámaras de street style, destaca la mujer cuyo nombre se ha ganado a pulso ser sinónimo internacional de elegancia. Naty Abascal dio una clase magistral de estilo desde el front row de Giambattista Valli, jugando en contra de cualquier cánon estético y demostrando que el denostado 'más es más' no existe para ella.
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La Alta Costura lleva la moda un nivel superior, donde el exceso tiene cabida de forma natural y el lujo se apodera de los tejidos. El look con el que la editora de moda apareció en la capital francesa, ayuda a comprender el término. Ella se codea con Chiara Ferragni u Olivia Palermo con la misma facilidad con la que mezcla conceptos, a priori, imposibles: rojo y rosa, dorado y plata, lentejuelas, pendientes XL y medias de rejilla... Un combo explosivo que la sevillana encaja sin esfuerzo.
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Sello sudamericano
Porque la moda no se trata de llevar encima todas las tendencias sino de crear la tuya con tus propias normas. En este caso, combina un vestido de pailletes metalizadas y cut-outs, de la colección primavera-verano 2018 de Carolina Herrera New York, con accesorios a todo color de dos diseñadores colombianos. En primer lugar, unos salones bicolor en una mezcla de ante satén de su amigo Edgardo Osorio, director creativo de Aquazzura (650 € disponibles en su tienda online) y como colofón, unos pendientes chandelier de Mercedes Salazar (399,90 dólares, unos 320 € que cuelgan el cartel de sold out en su e-shop).
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Más es mejor
Y como el frenético ritmo del calendario de la moda no para, Naty tomó rumbo al desfile de Dior. Un pase que se consagró como una de las puestas en escena más impresionantes de la semana y donde la sevillana dio rienda suelta a su imaginación sumando un tocado al look. Es tanto el peso estilístico que soporta este accesorio que quien lo lleva debe saber defenderlo. Naty Abascal consiguió mimetizarse con la temática surrealista que propuso Maria Grazia Chiuri y arriesgó con un diseño de su compatriota sevillano Tolentino Hats. Su daliniana langosta y ese atisbo de barretina roja hacían presagiar que se trataba de toda una oda al genio de Figueras.